La jerarquía católica podría tener que hacer frente a una campaña de apostasía masiva si Izquierda Unida logra convencer a los ciudadanos de que darse de baja de la Iglesia es un trámite más fácil de lo que se cree para quienes fueron bautizados pero se consideran ateos o agnósticos. Con un evidente componente electoralista y de denuncia del carácter conservador de la Conferencia Episcopal, ese es el ejemplo que darán decenas de miembros de IU que se preparan para apostatar colectivamente en Madrid, el 28 de febrero.

Así lo confirmaron fuentes de la coalición que lidera Gaspar Llamazares, el mismo día en que el actual senador y número tres de ICV-EUiA al Congreso por Barcelona, Joan Josep Nuet, presentó una instancia en el Arzobispado de Tarragona solicitando precisamente ser considerado apóstata. Nuet justificó su gesto para desmarcarse de "la deriva antidemocrática de la jerarquía eclesial y su ofensiva a favor de la derecha", y recordó que la Iglesia católica "cuesta a los ciudadanos 5.000 millones de euros anuales".

COPIOSA CENA Por su parte, el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y el nuncio apostólico en España, Manuel Monteiro de Castro, cenaron ayer a solas en Madrid como estaba previsto. El anunciado caldito se convirtió en una copiosa cena de cuyo contenido ni fuentes de la Moncloa ni de la Nunciatura informaron; únicamente un portavoz del Gobierno dijo que Rodríguez Zapatero llegó al encuentro con "buen ánimo" para hablar "con franqueza" de todo, incluido el llamamiento que hace unos días realizó la Conferencia Episcopal Española para orientar el voto de los católicos. En el comunicado, los obispos pidieron implícitamente que no se apoyase al PSOE por haber negociado con los terroristas de ETA.