La izquierda aberzale dio ayer un nuevo paso en el intento de escenificar su apuesta por las vías exclusivamente políticas. En un acto en Pamplona al que asistieron más de 175 dirigentes de distintas generaciones, trasladó a ETA y al Gobierno español una petición: que trabajen "de manera constructiva" para abrir un nuevo proceso de diálogo.

La comparecencia estuvo rodeada de la solemnidad de las grandes citas aberzales y contó con la participación de sus principales dirigentes en libertad, como Rufi Etxeberria y Patxi Urrutia. Aunque sin romper explícitamente con la banda, sí que mostró un progresivo distanciamiento de la estrategia etarra, un movimiento que además cuenta con el respaldo de sus militantes. El anterior hito en este nuevo rumbo fue la declaración de Alsasua, hace cinco meses, en la que se apostaba por la apertura de un proceso soberanista sin violencia ni injerencias externas.

En el documento leído ayer por Karmele Aierbe y Txelui Moreno, la izquierda aberzale considera que "la liberación nacional y social debe basarse exclusivamente en la actividad política", es decir, sin ETA activa. Y para ello, cree necesario que se produzcan "contactos" para entablar una negociación. En este esquema, el diálogo entre ETA y el Gobierno debería centrarse en la desmilitarización de Euskadi y la liberación de presos y exiliados. Como novedad, añade que deberían acordar "un tratamiento justo y equitativo al conjunto de víctimas del conflicto".

IMPLICACION INTERNACIONAL En una de las escasas críticas a ETA, la izquierda aberzale muestra su desacuerdo con las estrategias del Ejecutivo y de la banda ante los desacuerdos en anteriores procesos de negociación.

Y destaca la implicación de la comunidad internacional en la resolución del conflicto vasco. Así, pide a ETA y al Gobierno que atiendan los emplazamientos de la Declaración de Bruselas, en la que varias personalidades internacionales piden a ETA un alto el fuego permanente y al Ejecutivo, una respuesta adecuada.