La tensión electoral está deslenguando a los políticos del PP antes incluso del comienzo oficial de la campaña. El presidente del Gobierno de Murcia, Ramón Luis Valcárcel, hizo ayer su contribución personal a la carrera electoral de su partido tildando de borracho al presidente catalán, el socialista Pasqual Maragall.

"Entendería la oposición de Maragall si habláramos de vino, porque bebe muchos hectolitros al día", respondió Valcárcel a una pregunta de un periodista sobre la oposición del Gobierno catalán al trasvase del Ebro.

Las afirmaciones de Valcárcel fueron contestadas por el portavoz del Gobierno catalán, Joaquim Nadal, que acusó al presidente murciano de "utilizar la infamia como instrumento de ataque político". Según Nadal, esta actitud "degrada a las personas que la utilizan, degrada a la política y a la democracia".

"DESPRECIO" A LA TREGUA Por su parte, Maragall invitó ayer, "sinceramente, sin ninguna intención escondida" a todos los catalanes, "desde los que defienden un independentismo pacífico y democrático" hasta aquellos "que están a favor de la gobernación del PP", a manifestar "su desprecio y su rechazo indignado" por la decisión de ETA de proclamar una tregua en Cataluña. "Es un un privilegio que no queremos y un perdón que no deseamos", añadió.

Maragall aseveró que Cataluña "no quiere ser excluida del odio estúpido" de ETA. Apeló también a todos los partidos para que se sumen a estas muestras de rechazo de la tregua anunciada por ETA. El presidente de la Generalitat remató que, en estos momentos, "la sociedad catalana tiene la palabra".

Maragall recordó que, tras el asesinato del exministro socialista Ernest Lluch, "un millón de personas pidieron el diálogo". "Hoy ya no lo pedimos; hoy exigimos acabar con el terror. El único diálogo posible es sobre cómo y cuándo (ETA) libra las armas", subrayó.