Julián Muñoz perdió ayer el pulso que venía echando a su mentor político, Jesús Gil, desde que aquél iniciara su polémica relación amorosa con Isabel Pantoja. Ocho concejales del GIL abandonaron al alcalde de Marbella, se pasaron al Grupo Mixto, y unieron sus firmas a las de los representantes del PSOE y del Partido Andalucista (PA) en el ayuntamiento para suscribir una moción de censura que echará a Muñoz de la alcaldía. La operación se oficializó en la mañana de ayer en el registro del Ayuntamiento marbellí.

La dirección del PSOE reaccionó de inmediato. A media mañana, el portavoz parlamentario, Jesús Caldera, amenazó con la expulsión a los cinco concejales marbellís que suscriben la moción de censura. A media tarde, el PSOE formalizó la "expulsión fulminante". En plena crisis de la Asamblea de Madrid por la deserción de los dos diputados Eduardo Tamayo y Teresa Sáez, el PSOE no está dispuesto a sembrar dudas sobre su propósito de castigar el apoyo al transfuguismo.

PACTO ANTITRANSFUGUISMO

El PP también se apresuró a recordar a los socialistas el pacto contra el transfuguismo que tienen suscrito ambos partidos. Precisamente el pasado lunes, el PSOE y el PP acordaron ampliarlo al ámbito autonómico.

La crisis abierta en el Ayuntamiento de Marbella es la culminación de un pulso mantenido por el todavía alcalde, Julián Muñoz, contra su jefe de filas, Jesús Gil. Muñoz accedió a la alcaldía en abril, después de que Gil dimitiera justo antes de que se hiciera efectiva su inhabilitación por sentencia judicial. Según fuentes conocedoras de la política municipal marbellí, el expresidente del Atlético de Madrid continúa manejando el consistorio desde la sombra.

Muñoz declaró ayer que "ha empezado la guerra contra Jesús Gil". Y anunció, retador: "Yo muero en esta guerra, pero me lo llevo a él por delante". El alcalde también se pasó con sus seis leales al Grupo Mixto, con lo que formalmente el GIL ya no tiene representante alguno en el Ayuntamiento de Marbella.

El desencuentro entre Muñoz y su padrino político nació, según diversas fuentes, cuando el primero inició su relación amorosa con la tonadillera Isabel Pantoja. Jesús Gil no vio con buenos ojos la publicidad que esa relación daba al ayuntamiento, convertido en el centro de las miradas de los medios de comunicación.

REPERCUSION PUBLICA

Pero Muñoz, crecido por su flamante repercusión mediática, desoyó el consejo de su jefe y perseveró en mantener su historia de amor con Pantoja. Además, la Junta de Andalucía paralizó el Plan General de Ordenación Urbana de la ciudad, al tiempo que el alcalde Muñoz se veía inmerso en varios procesos judiciales, entre los que destacan la investigación del Tribunal de Cuentas por la que se le embargó el sueldo y un proceso de la Fiscalía Anticorrupción por presunto fraude.

La tensión estalló en la noche del jueves. Muñoz le echó un órdago a Gil y destituyó al gerente de Urbanismo del ayuntamiento, Juan Antonio Roca. Además del cargo público, Roca es el ideólogo del exalcalde de Marbella en el diseño de la financiación del GIL.

MOCION POR TELEFONO

Jesús Gil no esperó más. Mandó telefonear a todos los miembros del GIL del consistorio, menos a Muñoz, y fabricó la censura. El propio Roca se encargó de efectuar las llamadas. Logró el apoyo de 8 de los 14 a los que se lo pidió. El resto, hasta sumar la mayoría, vino de la oposición.

Gil trató ayer de desligarse de la negociación, pero explicó que Marbella "estaba muy maltratada y era el hazmerreír mundial".