Grandes monolitos, mansiones que reproducen la Casa Blanca, clubes de fútbol, parques de atracciones y, por supuesto, hoteles, campos de golf, centros comerciales y cientos de urbanizaciones. La segunda fase de la operación Malaya contra la corrupción en Marbella ha dado al traste con las ambiciones de los constructores y promotores más poderosos de la Costa del Sol. Unas empresas que, según CCOO, dan trabajo directo a más de 2.500 trabajadores e indirecto a otros 2.000.

La información intervenida al cerebro de la trama, Juan Antonio Roca, excargo municipal, pone al descubierto que todos ellos, identificados con iniciales en dichos documentos, accedieron al pago de comisiones para conseguir jugosas licencias urbanísticas o incluso apoyar un cambio de gobierno cuando el ayuntamiento empezó a ser poco favorable a sus intereses.

El perfil de la mayoría de ellos coincide con el del hombre hecho a sí mismo que parte de cero y acaba amasando inmensas fortunas, como ocurrió con el propio Roca y al que, en cierta medida, imitan. Es el caso de Rafael Gómez Sánchez, propietario de la empresa Arenal 2000 y que, de vendedor de pavos pasó a convertirse en el empresario más próspero de Córdoba. Con más de 5.000 viviendas proyectadas en Málaga, está considerado un émulo de Roca en Córdoba, donde la oposición municipal le tacha de "alcalde en la sombra".

Pese a negar su relación con el cerebro de la trama de corrupción, es curioso cómo se parecen sus gustos: reside en una vivienda que reproduce la Casa Blanca con un jardín lleno de estatuas de animales salvajes o incluso un San Rafael con su propia cara, similar a la esculpida en un monolito situado en Fuengirola, la localidad donde suele pasar sus vacaciones.

El empresario murciano Tomás Olivo es otro de los detenidos. Conocido sobre todo por su amistad con Roca, a quien llevó a Marbella a principios de los 90 y le introdujo en la vida social y empresarial de la capital de la Costa del Sol para que pudiera hacer fortuna. Roca le pagó de sobra el favor, concediéndole desde el ayuntamiento más de 40 millones de euros en suelo a cambio de obras que su empresa nunca realizó.

Las irregularidades han acompañado la gestión de José Avila Rojas, administrador de 20 sociedades en toda España y uno de los principales constructores de Andalucía. Conocido como Avila Rajas por los desperfectos aparecidos en algunas de sus promociones, acumula varios expedientes y denuncias por construir en zonas verdes.

Si Marbella alcanzó la fama como la ciudad de la jet set , ahora el glamur de la ciudad andaluza lo pone el ladrillo.