No se trata sólo de una lucha por el poder. El portavoz del PNV, Joseba Egibar, reconoció ayer, por primera vez de forma pública, que en su disputa con Josu Jon Imaz por la presidencia del partido hay en juego cuestiones ideológicas.

Egibar argumentó que, dependiendo de quién sea el heredero de Xabier Arzalluz, el PNV optará por una política de alianzas entre nacionalistas, si el elegido es él, o por un entendimiento con el PSE.

Egibar, que hasta ahora no ha obtenido resultados favorables a su candidatura en las escasas asambleas celebradas --la primera vuelta se extiende hasta el 15 de noviembre--, eligió las cámaras de la televisión vasca para demostrar que no está muerto, aunque algunos en su partido le vaticinan ya corta vida política. Decidido a jugar sus propias bazas, aclaró que Juan José Ibarretxe no se ha pronunciado a favor de ningún candidato y vaticinó que tampoco lo hará en el futuro, aunque algunos digan que Imaz representa la apuesta del lendakari.

ALIANZA NACIONALISTA

Egibar recalcó que la ponencia política que se aprobará por la asamblea general el próximo mes de enero aboga por una alianza de fuerzas nacionalistas y confesó que él sintoniza de forma total con esa propuesta mientras otros en su partido "no lo ven". Aunque evitó señalar a Imaz como detractor de cualquier posible colaboración entre nacionalistas, recordó que distintos miembros del PNV vivieron como una "pesadilla política" el pacto de Lizarra.