Solo 10 minutos. Ese fue el tiempo que duró la declaración de Jaume Roura ante el juez Santiago Pedraz por haber quemado una fotografía del Rey en Girona el pasado 13 de septiembre. El joven confesó ser el autor y quedó en libertad sin medidas cautelares. La fiscalía había pedido una fianza de 10.000 euros y retirada del pasaporte.

Roura llegó a la Audiencia Nacional acompañado por una treintena de independentistas catalanes. En su comparecencia, Roura encuadró su actuación en los derechos a la libertad ideológica y a la participación política.