La obstinación de algunos abogados de la acusación por vincular a ETA con los atentados del 11-M en Madrid colmó ayer la paciencia del presidente del tribunal, Javier Gómez Bermúdez. El magistrado interrumpió con duras palabras el interrogatorio de un letrado que intentaba una vez más sembrar dudas sobre la autoría de los atentados. "En su escrito usted acusa a 29 personas que no tienen ninguna implicación con ETA", recriminó al letrado de la Asociación de Ayuda a las Víctimas del 11-M, José María de Pablo que, además del rapapolvo judicial, se llevó una sorpresa: el supuesto etarra por el que inquiría resultó ser un empleado de Catalana Occidente residente en Barcelona.

ACUSACION El incidente ocurrió cuando declaraba el exjefe de la Unidad Central de Inteligencia y hoy comisario jefe del Instituto de Estudios de la Policía José Cabanillas, al que el exdirector de la Policía Agustín Díaz de Mera ha acusado de adulterar un supuesto informe que vinculaba a ETA con el 11-M.

En su larga declaración, Cabanillas afirmó que no ha existido ningún informe policial que implique a los etarras en el 11-M. El letrado De Pablo le preguntó si en los informes se había tenido en cuenta que, seis días antes de los atentados, un tal Oscar Pérez había utilizado el móvil de Jamal Ahmidan, El Chino . Los teóricos de la conspiración han identificado a esa persona con el etarra Oscar Pérez Fernández, Txibo .

Cabanillas respondió que esa línea se investigó. Dijo que la persona en cuestión se llama en realidad Oscar García Pérez y reside en Barcelona. En esos días estaba en Madrid y había acudido con un amigo y una amiga a conocer el barrio de Chueca. Su teléfono móvil cayó al suelo y se estropeó. En un bar coincidieron con un "grupo de magrebís" y les pidió prestado un móvil. Uno del grupo facilitó su aparato, al que García Pérez introdujo su tarjeta SIM para llamar. No sabía que quien lo sacó del apuro era Jamal Ahmidan, El Chino , que un mes después se había de suicidar en Leganés tras participar en la matanza de Madrid.

El juez interrumpió el relato y recriminó al abogado por exceder su papel de acusador. "Protesto", replicó De Pablo. "Espero que en su escrito de calificación justifique su legitimación para introducir un factor ajeno al objetivo del proceso", le advirtió el juez. El 21 se mayo se verán los informes sobre ETA, que niegan todo nexo con el 11-M.