Juego sucio. Eso es lo que denunció ayer Xabier Arzalluz al sugerir que se están moviendo intereses particulares "debajo de la mesa" para hacerse con la dirección del partido. El veterano líder destapó la existencia de una guerra de poder en la que alguien, a quien no identifica, quiere eliminarle de la carrera por la presidencia del PNV, que culminará en la asamblea de los días 17 y 18 de enero.

Arzalluz está enfadado y se le nota. Por primera vez desde la escisión del partido, en 1986, de la que nació Eusko Alkartasuna, rectificó al diario Deia , el periódico afín al PNV, que ayer anunciaba, citando fuentes de "absoluta solvencia", que Arzalluz no optará de nuevo a la presidencia de la formación nacionalista.

La información aseguraba que Arzalluz había escrito una carta en la que agradecía el apoyo de los casi 2.000 afiliados que le han avalado para que sea candidato a la reelección, y confirmaba su retirada. Un hombre fiel a Arzalluz como Iñaki Anasagasti, que no repetirá como diputado en el Congreso de los Diputados, admitió que el presidente escribió la carta hace dos días.

CONTROL DE LOS TIEMPOS

La misiva no ha llegado a la Comisión de Garantías, órgano interno que controla las elecciones para la presidencia del partido. Además, Arzalluz ha dejado muy claro que no desea que nadie le controle los tiempos. El pasado 26 de septiembre, en pleno Alderdi Eguna , el día del partido, el lendakari, Juan José Ibarretxe, le dedicó palabras y abrazos que sonaron a despedida. Pero Arzalluz, al día siguiente, se apresuró a descartar que esos gestos fueran el adiós de su carrera política. "De despedida nada", sentenció, para agregar que anunciaría su decisión "en el momento procesal oportuno".

Ayer repitió el mensaje, aunque matizó que el momento será en el mes de noviembre, al acabar la primera de las dos vueltas en las que los militantes se pronuncian para elegir a sus dirigentes. El aviso lo completó con un duro mensaje: "Todo lo demás, incluidas las presuntas cartas, constituyen intenciones debajo de la mesa de quienes tienen intereses propios en las citadas elecciones" autonómicas.

LOS CANDIDATOS

Por ahora, los candidatos con posibilidades que compiten con Arzalluz son el portavoz del partido, Joseba Egibar --que, en principio, no cuenta con apoyos de peso en las ejecutivas territoriales--, y el portavoz del Gobierno vasco, Josu Jon Imaz, respaldado por las cúpulas de Vizcaya y de Guipúzcoa, presidida por Juan María Juaristi, que fue mano derecha de Egibar, pero que ha acabado por desmarcarse.

A quién se refiere Arzalluz es una incógnita. El episodio de Ibarretxe dándole el abrazo final induce a pensar que el lendakari e Imaz podrían estar tras la maniobra, pero los miembros de la dirección son fieles a la consigna de que las cuestiones internas se resuelven "en casa". Algunos reconocen que el relevo de Arzalluz "no está siendo nada pacífico", aunque dudan de que su sustitución tenga efectos en la ideología y estrategia del PNV, ya que el apoyo al plan soberanista del lendakari es unánime: "Con Ibarretxe están todos, al menos por ahora".