El magistrado de la Audiencia Nacional Fernando Grande-Marlaska ordenó ayer a la policía impedir el desarrollo de una rueda de prensa de Batasuna que se estaba celebrando en Pamplona. El acto era similar a otros muchos que se han llevado a cabo sin problemas durante las últimas semanas en idéntico escenario, con los mismos convocantes e incluso con lemas similares.

Pernando Barrena, miembro de la mesa nacional de Batasuna presente en el Hotel Tres Reyes de la capital navarra, denunció posteriormente "una actuación que no se corresponde en absoluto con los tiempos políticos que está viviendo este país" y responsabilizó a Grande-Marlaska de "sabotear" el proceso de paz.

El magistrado aprecia, en un auto dictado poco antes de que empezara la rueda de prensa, que el acto contravenía la suspensión de actividades de Batasuna. Grande-Marlaska advierte de que la formación "sigue actuando en la vida pública" y que sus dirigentes lo hacen en nombre de la mesa nacional, como reconoció Joseba Permach en una entrevista por la que después fue imputado por amenazas, "y nunca en el ejercicio de derechos civiles y políticos individuales". La decisión judicial llega precisamente pocas horas después de que el líder popular, Mariano Rajoy, oficializara la ruptura de relaciones con el PSOE a raíz del encuentro anunciado entre el PSE y Batasuna.

Dos agentes de policía acompañados de un secretario judicial irrumpieron en el citado hotel cuando intervenía el miembro de la mesa nacional Juan Kruz Aldasoro, y le entregaron una providencia en el que se comunicaba que la rueda de prensa había sido prohibida.

SIN INCIDENTES Aldasoro se limitó a denunciar la "agresión" y a lanzar un grito de "Gora Euskal Herria Askatuta!" (Viva Euskal Herria libre), secundado por la decena de dirigentes de Batasuna presentes, sin que hubiera incidentes ni detenciones.

Esa sala es la que habitualmente utiliza Batasuna, sin el menor inconveniente hasta ayer. Fue allí donde compareció la mesa nacional al día siguiente del alto el fuego de ETA.