No saldrá de la cárcel. El juez Fernando Grande-Marlaska imputó ayer al exdirigente del comando Madrid Iñaki de Juana Chaos un delito de pertenencia a banda armada y otro de amenazas terroristas, y ordenó su ingreso en prisión. Con este proceso se paraliza su excarcelación, prevista para el 9 de febrero, tras pasar 18 años en la cárcel, a pesar de haber sido condenado a casi 3.000 años. Sólo el PNV criticó ayer esa decisión.

El etarra acudió a su comparecencia judicial con el convencimiento de que su suerte estaba echada. Se negó a contestar a las preguntas del juez y del fiscal, y se limitó a realizar un alegato inicial en el que no asumió ser el autor de dos artículos publicados en el diario Gara los pasados 1 y 30 de diciembre.

Pese a ello, el terrorista admitió que "el tono" de los mismos "quizá no era el adecuado". También se presentó como un "preso escritor que recoge el sentir de los presos". Y denunció ser objeto de una "campaña mediática", por lo que se sentía condenado.

DOCTRINA DEL SUPREMO Esas manifestaciones no le sirvieron de mucho. El fiscal Jesús Alonso solicitó su ingreso en prisión al aplicar la doctrina del Tribunal Supremo sobre el delito de pertenencia a banda armada. El alto tribunal estableció que un terrorista puede ser imputado varias veces por ese delito, ya que la pertenencia a una organización se rompe cuando se le condena por ese hecho. Posteriormente, puede iniciarse otra etapa en la que el terrorista se reintegra a la organización a la que perteneció cuando estaba libre.

Este es el caso de De Juana, que ha cumplido condena como miembro de ETA pero que ha vuelto a reintegrarse en esa organización al asumir, por escrito, sus postulados. El magistrado explica, en el auto de prisión, que los escritos del terrorista no se pueden interpretar como "una queja sobre su situación penitenciaria", sino como "una nueva incardinación" en ETA.

Grande-Marlaska considera que las expresiones en esos artículos, en los que De Juana se jacta de no haberse resocializado y advierte a los españoles de que si no sacan sus manos de Euskadi se quedaran sin ellas, evidencian "su actual vinculación" con ETA y "su asentimiento con los postulados de la organización, sin que pueda verificarse que sea una mera manifestación o ejercicio de la libertad de expresión".

Por ello, el juez dice que esas manifestaciones "hacen inferir en grado de seria probabilidad" que De Juana Chaos es miembro de ETA y "trata de conculcar el orden constitucional mediante el empleo de la violencia".

VOLUNTAD DE AGREDIR Además, Grande-Marlaska encuadra esos escritos en un delito de amenazas, ya que da nombres de personas y se refiere a instituciones "a las que imputa la situación actual no sólo en su persona sino en la de otros presos de ETA". Por ello, el juez sostiene que el etarra tiene "una voluntad manifiesta de atentar contra la integridad física, libertad y seguridad" por "consignar el nombre de distintos funcionarios de prisiones, miembros de la carrera judicial y Ejecutivo".