Después de 57 intensas sesiones celebradas a lo largo de cuatro meses y medio, el juicio del 11-M quedará visto hoy para sentencia. El presidente del tribunal, Javier Gómez Bermúdez, declarará el final de la vista una vez que las dos últimas defensas --las de Rabei Osman, el Egipicio , y Jamal Zugam-- presenten sus conclusiones y los 28 procesados reciban la oportunidad de ejercer el turno de última palabra.

El juicio, por el que han desfilado unos 300 testigos y numerosos peritos, ha estado caracterizado por la ofensiva implacable del PP y medios de comunicación afines para involucrar a ETA en los atentados. La teoría de la conspiración se ha derrumbado a lo largo de la vista y ha quedado convertida en un reguero difuso de insidias. Al final, como en un naufragio, los abogados defensores se lanzaron a un desesperado sálvese quien pueda.

El juez Bermúdez ha dirigido el juicio con mano dura. Para el recuerdo quedarán sus amonestaciones a los teóricos de la conspiración, su reprimenda a la fiscal Olga Sánchez y su firmeza cuando 14 procesados lo desafiaron con una huelga de hambre.LAS FABULACIONES

La AVT colaboró en vincular a los etarrasLa teoría de la conspiración irrumpió en el juicio --y comenzó a desmoronarse-- el primer día. "¿Cómo voy a tener relaciones con ETA, si no hablo español? ¿En el cielo?", respondió Hasan el Haski, uno de los presuntos ideólogos de la masacre, a un letrado. A la estrategia del PP han servido con ahínco dos acusaciones --la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT) y la Asociación de Ayuda a las Víctimas del 11-M-- y el abogado defensor José Luis Abascal. El afán por introducir la autoría etarra ha llevado a desacreditar a las fuerzas de seguridad y a esgrimir argumentos extravagantes, como presentar un temporizador de ETA como un programador de lavadoras hallado en casa de un procesado.

Los escritos de conclusiones muestran cómo terminó la famosa teoría conspirativa. La AVT admitió que no se ha acreditado la participación de ETA. Sí se ha probado, en cambio, que "gran parte de los imputados estaban colaborando con fuerzas policiales". ¿Esto qué significa? No lo dice. Lo importante es transmitir que hubo "algo más" y mantener vivas las sospechas.

Ayuda a las Víctimas del 11-M se sacó de la chistera la hipótesis de la "cuarta trama", integrada "posiblemente por miembros de ETA", extremo que "habría que investigar". Tal para cual. Para Juan Carlos Rodríguez Segura, en nómina de la AVT pero en representación de varias víctimas particulares, la autoría etarra quedó reducida a la siguiente afirmación: "Creemos que está ahí y punto, pero no tenemos la prueba fundamental". Todos ellos reclaman en sus escritos que "se siga investigando" para llegar a conocer "la verdad".EL RESULTADO

Las acusaciones culpan a los islamitasPese a los intentos por desestabilizar la causa por el mayor atentado en la historia de España, que dejó 191 muertos y 1.841 heridos, el juicio del 11-M ha aportado información de gran trascendencia sobre la formación, adoctrinamiento y organización de las células islamistas. Unas informaciones que serán de suma utilidad en la lucha contra el terrorismo internacional.

La práctica totalidad de las acusaciones --incluso las partidarias de la teoría de la conspiración-- considera culpables a los principales procesados que se sientan en el banquillo, que son 28 después de que se retirasen los cargos a Brahim Musaten. La AVT admite incluso la condición de "inductores" de los atentados a Hassan el Haski y Yusef Belhadj, que junto al Egipicio son considerados los ideólogos.

Durante el juicio ha quedado además en evidencia cómo el Gobierno de José María Aznar minusvaloró la amenaza del terrorismo yihadista, pese a que él mismo había incrementado el riesgo por su participación en la cumbre de las Azores, según declararon varios expertos. Algunas víctimas exigieron, en sus conmovedoras comparecencias, responsabilidades al anterior Ejecutivo del PP en la tragedia.EL INCIDENTE

A De Mena el tiro le salió por la culataQuizá el momento más tenso del juicio lo protagonizó el director general de la policía durante el Gobierno de José María Aznar, Agustín Díaz de Mera, al airear la existencia de un supuesto informe policial, encargado bajo mandato del PSOE, que, según él, vinculaba a ETA con la matanza y que se adulteró para eliminar dicho nexo. Cuando el presidente del tribunal le pidió que revelara su fuente, Díaz de Mera se negó a hacerlo, lo que le acarreó una multa y la apertura de un proceso por desobediencia a la justicia.

El exjefe de la policía salió mal librado de su órdago: no solo lo desmintió su fuente, sino también el autor del informe original y el presunto manipulador. El informe supuestamente adulterado está en el sumario y dice justo lo contrario que De Mera: que no existen vínculos entre la banda ETA y los islamistas en relación con el 11-M.LOS EXPLOSIVOS

Una muestra basta para culpar a ETANunca en un atentado en España el debate sobre los explosivos había generado polémica. El último informe pericial no dejó dudas de que la dinamita intacta --hallada en el piso de Leganés, en los raíles del AVE en Mocejón, en la Renault Kangoo, en la mochila de Vallecas-- era goma 2-Eco, la sustraída de la Mina Conchita (Asturias). Sin embargo, el documento sostiene que es imposible identificar el explosivo que estalló en los trenes. No obstante, en 22 de las 23 muestras de los focos figura el ftalato de dibutilo --elemento exclusivo de la goma-2 Eco-- y solo en una aparece la nitroglicerina, presente en el Titadyne, que es el explosivo habitual de ETA, pero en cantidades insignificantes.

La AVT y la Asociación de Ayuda a las Víctimas se aferran como a un clavo ardiendo a esta sola muestra, que fue recogida en el polvo de un extintor, para afirmar que el explosivo usado en los trenes era Titadyne. Y ello pese a que una cromatografía reveló que la muestra difiere "radicalmente" del Titadyne recogido en tres explosivos de ETA. La fiscalía y otras acusaciones alegan que la aparición de la nitroglicerina pudo deberse a una contaminación en el laboratorio de la policía, donde han permanecido almacenadas durante tres años.LAS LECCIONES

La vista desveló fallos en la policíaAdemás de la imprevisión del anterior Gobierno ante el terrorismo yihadista, el juicio del 11-M ha dejado patentes algunas negligencias de las fuerzas de seguridad. En caso paradigmático es lo que sucedió con las declaraciones del confidente Rafá Zuhier, uno de los procesados, que aportó, un año antes del 11-M, los primeros datos sobre la intención de José Emilio Suárez Trashorras y Antonio Toro de vender explosivos. Si bien es cierto que Zuhier no dio más información sobre la trama --y más adelante entró en ella como intermediario entre los asturianos y la célula islamista--, también es cierto que la Guardia Civil hizo poco para investigar el tema.

Quizá con razón, tanto la AVT como Ayuda a las Víctimas definen estos fallos como "negligencias", pese a que luego lo incluyen en el totum revolutum que, según ellos, llevó a Zapatero a la Moncloa. Como también fue tal vez una negligencia que dos guardias dejaran seguir a Jamal Ahmidam, el Chino, tras detenerlo en un BMW con ropa robada y dos cuchillos.