Sin comprometerse a transformar las proclamas en realidad, el Parlamento catalán aprobó ayer una propuesta genérica para reconocer el derecho de Carles Puigdemont, Jordi Sànchez y Jordi Turull a convertirse en el presidente de la Generalitat, y otra para defender que se libere a los políticos catalanes que están presos. Pero, mientras tanto, los partidos independentistas llevan días buscando un plan d que permita recuperar el autogobierno.

El pleno de ayer, convocado en principio para todo lo contrario, ha servido para constatar la división del independentismo. La CUP reclamó que se pase de las palabras a los hechos, y que se convoque una sesión efectiva para investir a Puigdemont. Sin embargo, los partidos soberanistas mayoritarios son conscientes de la dificultad de llevar a cabo esos planes y, antes de tomarse unos días de vacaciones, aprovecharon la jornada para los últimos contactos informales.

Fuentes conocedoras de las negociaciones advierten de que es probable que el acuerdo no llegue en breve. Si no logran alcanzarlo antes del 22 de mayo, se repetirán las elecciones catalanas. Quienes tienen más números de ser el próximo president, si se impone la idea de terminar con la aplicación del artículo 155 de la Constitución, siguen siendo Elsa Artadi y el alcalde de Mollerussa, Marc Solsona. La opción de Quim Torra, también diputado de Junts per Catalunya, no es en principio del agrado del PDECat.

Por ahora, la CUP y una parte de JxCat piden tratar de investir a Puigdemont, a sabiendas de que no sería una investidura efectiva, a no ser que fuera acompañada de medidas de fuerza que en este momento parecen muy lejanas. Máxime cuando el Tribunal Constitucional ha dictado unas medidas cautelares que exigen que el candidato a presidente esté presente en la Cámara durante la sesión de investidura.

ERC es más prudente. La decisión final debería tomarla el presidente del Parlament, el republicano Roger Torrent, y es más que probable que, de intentar una investidura expresamente prohibida, el peso de la ley cayera sobre él y sobre el resto de miembros de la Mesa de la Cámara. Por ello, Esquerra exige que se forme cuanto antes un Govern efectivo que pueda pasar página de la intervención de la Generalitat.

De momento, Torrent ya dejó ayer en la nevera una primera solicitud de Puigdemont: JxCat pidió a la Mesa que le permitiera delegar su voto, pero el asunto no se tratará hasta el próximo pleno. El presidente de la Cámara se sacude la presión, pero sabe que seguirá estando en el foco. La nueva presidenta de la Asamblea Nacional Catalana (ANC) , Elisenda Paluzie, ya ha pedido también que el Parlament haga «un acto de soberanía» y convoque un pleno para investir a Puigdemont

Pero ayer fue la CUP quien más apretó a Torrent. «Pedimos un pleno ya para investir a Puigdemont. Asumiremos todas las consecuencias que haga falta», dijo Carles Riera en nombre de una formación que de momento, y a diferencia de JxCat y ERC, no tiene a ningún representante entre rejas.

Las intervenciones de JxCat y ERC fueron más retóricas. La representante de la candidatura de Puigdemont, Gemma Geis, recordóo que los independentistas han intentado presentar a tres candidatos a presidente de la Generalitat -Puigdemont, Sànchez y Turull-, pero ninguno salió adelante por la «conculcación de sus derechos políticos». Y, sin comprometerse con ninguna fecha concreta, Geis añadió: «No renunciaremos a la investidura de Puigdemont, haremos lo posible para defender su legitimidad para ser president».

«EMERGENCIA NACIONAL» / ERC, en su línea de las últimas semanas -que busca ampliar los márgenes del conflicto-, defendió que la «persecución» del Estado no es solo contra los soberanistas. «Han prohibido libros, canciones, protestas en la calle en Murcia... Nadie está seguro en este Estado. Estamos en una situación de emergencia nacional», dijo la diputada Anna Caula.

Los partidos no independentistas también han utilizado tonos muy diferentes. Mientras Catalunya en Comú incluso votaba a favor de la liberación de los presos -aunque en contra de «garantizar los derechos» de Puigdemont y Sànchez a someterse a la investidura-, Ciutadans subrayaba las «falsedades y barbaridades» de las propuestas de JxCat, ERC y la CUP. La líder naranja, Inés Arrimadas, aseguró que no es cierto que la ONU haya aprobado una resolución a favor de los derechos de Sànchez. «Solo es una admisión a trámite», recordó, en consonancia con el portavoz del PSC, Ferran Pedret. La dirigente de Cs también afirmó, que, en contra de lo que opinan los independentistas, España «no es un país dictatorial».