Los leones del Congreso han salido del escondite en el que han permanecido durante los últimos ocho meses, protegidos por sendos cajones de madera debido a las obras llevadas a cabo en la plaza de las Cortes, y han vuelto a hacerse visibles para ciudadanos, turistas y visitantes de la Villa de Madrid. Daoíz y Velarde, que tales son los sobrenombres por los que se conoce a los dos felinos de bronce que custodian la fachada del Palacio de las Cortes, vuelven así a exhibir su aspecto original, realzado gracias a la remodelación del entorno urbanístico del Congreso.

El "descubrimiento" de las esculturas ha comenzado a mediodía, y se ha prolongado hasta la tarde, ante la mirada de fotógrafos de prensa y cámaras de televisión y también de curiosos y turistas convertidos espontáneamente en reporteros gráficos. Todos han seguido muy atentos el trabajo de los operarios mientras han retirado, desde un andamio móvil, los tablones de madera y las estructuras metálicas que conformaban las protecciones bajo las cuales han permanecido ocultos durante los últimos meses.

Más allá de su función estética, a partir de hoy los leones recuperan también su papel como motivo principal de las fotografías de recuerdo que se hacen los numerosos turistas que se acercan al Congreso, casi siempre apoyados en alguna de las dos figuras. De hecho, una vez finalizada la operación de desmontaje en el león izquierdo, y cuando todavía faltaba por abordar el derecho, un grupo de visitantes recuperaba esta costumbre para inmortalizarse en la escalinata custodiada por "Benavides" y "Malospelos", apodos por los que los castizos llamaban a los leones, obras de Ponciano Ponzano.

Ambas esculturas, que según reza la leyenda inscrita bajo sus dos pedestales, fueron fundidas "con los cañones tomados al enemigo en la guerra de África de 1860", han superado sin daños una más de las numerosas obras del centro de Madrid. Ha sido gracias a los dos cubos de madera, cubiertos con fotografías de las figuras de bronce a tamaño natural, que los han protegido durante el largo período en que, a muy pocos metros, han trabajado excavadoras, grúas y camiones dedicados a la construcción del nuevo aparcamiento subterráneo del Congreso.

Una vez acabada la estructura superior del estacionamiento, el Ayuntamiento de Madrid ha abordado la reforma exterior de esta área, con más superficie peatonal, nuevas farolas de diseño contemporáneo y un aspecto general que pretende realzar el edificio del Congreso. Ya se ha reabierto la circulación rodada por la zona, ahora limitada a dos carriles, en dirección hacia la Plaza de Neptuno.