Ondarroa, localidad costera vizcaína de 9.200 habitantes, es uno de los municipios donde la izquierda aberzale impone su ley, es decir, la ley del miedo. La prueba más clara es que una comisión gestora dirige el ayuntamiento porque la corporación surgida de las últimas elecciones municipales, en mayo del 2007, no llegó a tomar posesión. Los electos de PNV y EA decidieron no recoger ni siquiera las actas de concejales porque la lista prohibida por el Supremo reivindicaba la mayoría en función de los votos nulos sumados a su favor. Solo el electo del PP recogió su acta.

Al grito de "ladrones" los radicales lograron abortar incluso las primeras reuniones de la gestora en el Ayuntamiento que ellos dirigieron durante años. La exdirigente de la ejecutiva peneuvista y hoy diputada de Cultura, Josune Aristondo, es miembro de la gestora y ha sido insultada y amenazada incluso paseando por la calle con su madre, de avanzada edad.

Además, muchos vecinos se no pagan los impuestos y se ha generado una voluminosa deuda. La gestora ha anunciado que acudirá a vías legales para hacer efectiva la recaudación. El sábado, hasta poco antes del atentado, Ondarroa celebró una fiesta medieval para recordar la concesión de la carta puebla en 1327. Lo organizaban vecinos al margen de la gestora.