La cumbre de Girona supuso un espaldarazo público de Francia al proceso de paz en el País Vasco en el que está inmerso el Gobierno de Zapatero. El presidente francés enfatizó que su país "apoya sin reserva alguna la acción" de Zapatero, en referencia al anuncio de junio en el Congreso que abrió la puerta al diálogo con ETA tras el alto el fuego.

Zapatero reiteró la firmeza de su Gobierno en la "garantía" de la defensa del Estado de derecho y respaldó a los cuerpos de seguridad y de la judicatura. La cumbre también sirvió para que Zapatero y Chirac acordaran que un mediador nombrado por la UE negocie el trazado de la interconexión eléctrica entre ambos países. Su diseño estará listo en 6 meses.