Presentar un libro de conversaciones entre Jaime Mayor Oreja y César Alonso de los Ríos junto a José María Aznar tiene sus riesgos, pero Mariano Rajoy midió ayer mucho sus palabras para seguir su estrategia. Así, a la hora de introducir al autor y al protagonista de Esta gran nación, Rajoy se limitó a elogiar a Mayor Oreja y a insistir en que la única forma de que la violencia termine es "derrotar" a ETA. "Si nunca hubo excusas para hacer lo que se hizo (dialogar con ETA), menos las hay ahora para no volver a la política de firmeza del pacto antiterrorista", resumió.

Aznar optó por defender su gestión en vez de criticar a Zapatero, aunque introdujo dos desahogos. Se preguntó "a dónde habríamos llegado la negociación si el PP hubiera optado por la comodidad de esperar a que se consumaran las peores consecuencias". Y reafirmó que el PP hizo "lo que tenía que hacer tanto cuando ETA mataba como cuando quiso cobrar un precio político por dejar de matar". Aznar contrapuso a Rajoy y Zapatero. El primero, como garante de la "derrota de ETA". Y el segundo, como ejemplo de "frivolidad temeraria de los aprendices de brujo".