Si gana las elecciones generales del próximo marzo, Mariano Rajoy piensa ofrecer a CiU que entre en el Gobierno tanto si tiene mayoría absoluta como si necesita su apoyo. Rajoy mantendrá así, según fuentes del PP, la apuesta de José María Aznar por intentar que el nacionalismo catalán se corresponsabilice con el Ejecutivo central y abandone la estrategia de la "equidistancia", que le ha permitido hasta ahora negociar con el gobierno de turno, sea éste de UCD, del PSOE o del PP.

El sucesor de Aznar confía en que, en caso de que tras las elecciones catalanas del 16-N CiU esté en disposición de formar gobierno con los independentistas de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), la federación nacionalista no fijará su política de pactos hasta conocer el resultado de las generales. Sólo si cierra antes un acuerdo con ERC no se hará efectiva la oferta, porque se dará por sentado que CiU ha optado por abrazar la vía soberanista.

LA CONDICION

Precisamente eso es lo que pretende evitar Rajoy con su propuesta. La invitación a formar parte del Gobierno implicaría, según fuentes del PP, la renuncia de la federación a seguir avanzando por la senda de reabrir el pacto constitucional con reformas del marco legal que, a juicio del PP, suponen una ruptura con el actual Estado de las autonomías.

Consultado ayer al respecto, el secretario general del PP no confirmó ni desmintió que éstos fueran sus planes.