El coordinador general de Izquierda Unida (IU), Gaspar Llamazares, destacó ayer la influencia que a su juicio está teniendo su partido esta legislatura y dijo que muchas de las leyes aprobadas tienen el "marchamo" de su fuerza política. Llamazares citó la norma que permite los matrimonios homosexuales, la ley de igualdad, la de dependencia y la retirada de Irak.

Con un tono excesivamente alto, quizá por el guirigay al que está acostumbrado en el Congreso, el líder de IU se enfrentó a 20 preguntas de 14 entrevistadores. Algunos hurgaron con gusto en la llaga. Fue el caso de un asturiano, que le preguntó sobre la "mala situación" en la que, dijo, se encuentra IU (con cinco escaños en el Congreso). Le pidió "autocrítica", pero Llamazares prefirió el autobombo. El político dijo que el Gobierno, en quien se ha apoyado para llevar a cabo grandes reformas sociales, ha sido en ellos. "Somos pequeños, pero hacemos cosas importantes", aseguró.

Un joven pamplonés también intentó acorralar al dirigente cuando argumentó su incapacidad para comprender por qué IU sigue apoyando la dictadura cubana. "Defienden los derechos humanos, critican las dictaduras... ¿Cómo pueden apoyar al régimen de Cuba?", le inquirió. Llamazares inició un circunloquio con referencias a los servicios sanitarios y sociales que el régimen da a los cubanos, comparables "con los que se dan en Europa", y terminó apostando, sin mencionarlo, por el diálogo establecido por el Ejecutivo socialista. El bloqueo se ha demostrado "inútil", concluyó.

También le preguntaron por su futuro al coordinador general, que se enfrentará a Marga Sanz por la candidatura a las generales. Llamazares quitó importancia a las grietas que ha abierto esta competición y alabó que IU discuta "mucho".