Ni siquiera unas horas pudo durar la satisfacción de los socialistas por el acuerdo presupuestario con el PNV. La determinación de los seguidores de Iñigo Urkullu para conjugar a la vez los intereses de sus dos almas, la posibilista y la soberanista, puso al PSE en un aprieto. El lendakari, Patxi López, calificó de "absolutamente inaceptable" la presencia de cinco jefes del PNV en la manifestación de San Sebastián "de la mano" del "aberzalismo radical".

Aprovechando la clausura del congreso de los socialistas vizcaínos, López acusó al PNV de poner en entredicho al Estado de derecho cuando la justicia impide que "siga habiendo tapaderas políticas" que den cobertura a la violencia de ETA. El lendakari acusó a los peneuvistas de "irresponsables" por cuestionar el sistema democrático al optar por pasearse "junto" a quienes se dedicaron la madrugada de ayer a la violencia callejera en Euskadi.

En un tono igualmente crítico, el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba arremetió contra el PNV y dijo que su participación en la marcha de la capital guipuzcoana supone "defender" la estrategia político-militar diseñada por ETA.

En las primeras declaraciones tras el ingreso en prisión de los cinco dirigentes aberzales, el ministro precisó que Rafa Díez y Arnaldo Otegi no están en prisión por sus ideas, sino por su disposición a "desarrollar" la estrategia de la banda terrorista. Rubalcaba explicó que si Otegi quiere hacer política, tendrá que "romper" con ETA o convencer a la banda de que "deje de matar".

DERECHOS "VULNERADOS" El mensaje se interpreta en sectores del PNV afines a la línea soberanista que lidera Joseba Egibar como la expresión del rechazo socialista a enfrentarse a otro proceso político que pudiera ser también de paz. Egibar justificó su presencia en la manifestación como vía para defender derechos "vulnerados" como el de reunión. Otros medios apuntaron que la decisión de ir a la marcha buscó equilibrar tensiones en el PNV tras el apoyo a los presupuestos.