La nueva etapa política que ayer se inició en Euskadi al elegir por primera vez a un lendakari socialista no tendrá a Juan José Ibarretxe entre sus protagonistas. Y es que poco antes de que Patxi López fuera elegido con los votos del PSE (25), PP (13) y UPD (1), el hasta ahora presidente del Gobierno vasco desveló la gran incógnita pendiente durante las últimas semanas al anunciar su retirada de la vida política. Fue la noticia de una sesión en la que el líder de los socialistas vascos se esforzó en defender que el suyo será un Gobierno "para todos" y en la que los nacionalistas sentenciaron que sus palabras "no son de fiar".

La descalificación reveló la profunda brecha que, hoy por hoy, divide al PNV y al PSE. Y es que sin ser tan bronca y tensa como en épocas anteriores, la sesión de investidura presenció dos proyectos que en estos momentos fracturan a la Cámara, pero que López no renunció a recomponer con su política de "mano tendida".

CRITICAS PENEUVISTAS El tono conciliador del ya nuevo lendakari en su discurso de presentación se impuso a las durísimas críticas peneuvistas. Ibarretxe primero y el portavoz del grupo, Joseba Egibar, después, cuestionaron la representatividad del nuevo Gobierno por "excluir a la mayoría aberzale" y lo sentenciaron por "frentista y débil".

Estaban decididos a no ponerle las cosas fáciles al PSE, pero el "resentimiento" --como denunció su portavoz-- no consiguió empañar el entusiasmo con el que la "nueva mayoría" recibió la elección de López.

El momento del cambio, que abre un nuevo tiempo tras 29 años de gobiernos presididos por el PNV, puso de relieve que los nacionalistas medirán cada paso sin ánimo alguno de sacar las castañas del fuego a un Gobierno que, según recalcó ayer Egibar, solo cuenta a partir de ahora con un respaldo garantizado de 25 de los 75 diputados.

Como era de esperar, solo el PP celebró las buenas intenciones del líder socialista. Antonio Basagoiti, que ayer se estrenaba como portavoz parlamentario de los populares, aplaudió el acuerdo con el PSE para dar estabilidad al nuevo Ejecutivo. Pero si el propio López se dirigió por la mañana al PNV para reclamar su colaboración, también Basagoiti precisó que su entente con los socialistas no le impedirá sondear pactos con el PNV.

Egibar ironizó sobre la oportunidad de que socialistas y populares echasen "los tejos" al PNV tras no reconocer que ganó las elecciones. Fue la única concesión de un discurso durísimo en el que aludió al acuerdo de PSE y PP como el "dique constitucional", acusando a los socialistas de haber renunciado a la "transversalidad" prometida.

La herida que los peneuvistas llevan mostrando desde hace semanas se concretó en una sentencia: "Esto no es una alternancia en el Gobierno. Esto es el triunfo de la razón de Estado", apuntó Egibar, que opinó que fue el presidente navarro, Miguel Sanz (UPN), quien mejor definió la situación al revelar que el cambio político obedece a una "decisión judicial".

Sin elevar el tono, López se defendió de los ataques. No solo emplazó a los peneuvistas a que aclaren si hay alguna idea que no esté representada ahora en el Parlamento sino que apostó con coraje por el acuerdo de bases logrado con el PP.

CONTRA EL TERRORISMO Aseguró que los únicos que no están son los que se han excluido por ejercer o amparar la violencia. "Seré un lendakari que estará día a día frente a ETA", afirmó López, que se puso como "primera obligación, trabajar sin descanso para la libertad de los ciudadanos". "Quiero rendir homenaje a todas las víctimas del terrorismo", afirmó solemne el líder del PSE, para quien el final de la banda terrorista cada vez está más cerca.

Al ser elegido, López cruzó el hemiciclo para saludar a Ibarretxe. Mañana a las once comenzará en Gernika la sesión extraordinaria del Parlamento en la que tomará posesión como lendakari.