Que desconvoquen la huelga general anunciada para el 21 de mayo. Eso es lo que pidió ayer Patxi López a los sindicatos aberzales con la promesa de que su principal empeño cuando acceda a la presidencia del Gobierno vasco el mes próximo será reunir una mesa de dialogo con empresarios y sindicatos para hacer frente a la crisis. Además, anunció que pondrá un instrumento clave del autogobierno vasco, como el concierto económico, al servicio de un empleo estable y de calidad.

"Si de verdad les preocupa el empleo, que reconsideren su decisión", pidió López, en una apelación a ELA y LAB, después de que las organizaciones que en Euskadi conforman la mayoría sindical hayan decidido recibir al nuevo Ejecutivo con una protesta drástica, a la que ya ha anunciado su apoyo la izquierda aberzale de Batasuna, y Aralar.

POLITICAS DE EMPLEO A pesar de esta prueba evidente de hostilidad, el PSE no ha querido hacer sangre. Tras una primera reacción de sorpresa ante la iniciativa, los dirigentes socialistas han situado la huelga como algo ajeno a su inminente llegada al Ejecutivo y más bien dirigida al equipo de Ibarretxe.

El propio López se limitó a decir que se trata de un recurso extremo cuando no queda margen para el diálogo o la negociación. Por eso apeló a la responsabilidad sindical y pidió que lleven sus propuestas a la mesa que convocará de inmediato. También avanzó que, como anunció en campaña y como recoje el acuerdo con el PP, negociará con el Gobierno de Zapatero el traspaso de las materias pendientes de desarrollo y, en especial, el de las políticas activas de empleo.

Euskadi es la única comunidad que no las gestiona. López aseguró ayer que se debe a los gobiernos de Ibarretxe que, "con argumentos maximalistas", han rehusado negociarla por separado de las políticas pasivas o la gestión de la Seguridad Social, contempladas en el Estatuto.

LIBRE DEL PP Las promesas de López se produjeron en una comparecencia destinada a compensar el protagonismo del PP vasco desde que representantes de los dos partidos firmaron el miércoles su acuerdo de estabilidad. Sin olvidarse de felicitar a la nueva presidenta del Parlamento, Arantza Quiroga (PP), el secretario general de los socialistas vascos subrayó que el pacto con los populares "no limita" su intención de llegar a acuerdos con otras fuerzas políticas. Es más, anunció que intentará lograrlos aunque, inicialmente, fracasen sus aproximaciones.

TRANQUILIDAD López conoce la inquietud con la que sectores importantes del partido observan el acercamiento al PP y la forma en que sus nuevos aliados están logrando trasladar a la opinion pública una imagen de éxito en sus propios objetivos y políticas. Por eso, el sábado el líder socialista defendió un mensaje de tranquilidad.

Durante el comité nacional, celebrado en Bilbao, dejó claro que el PSE no renunciará a sus principios y ayer insistió en decir: "No soy ni seré rehén de nadie". López volvió ayer a renegar de todo frentismo. Insistió en que el suyo será un "Gobierno para unir" y dio por seguro que la sociedad vasca contempla la nueva etapa con absoluta "normalidad y esperanza".