Vidrios en vez de huesos y latas de conserva en lugar de casquillos. Tras 70 años de espera envueltos en especulaciones, la ciencia obliga a replantearse la historia del lugar donde está enterrado Federico García Lorca. Los arqueólogos de la Universidad de Granada, respaldados por la Junta de Andalucía, no han hallado evidencias de que el poeta granadino y sus últimos compañeros de destino fueran enterrados en el parque de Alfacar (Granada) junto al monolito que honra a las víctimas de la guerra civil. Ahora los familiares que quieran recuperar los restos de sus antepasados tendrán que ponerse a la cola y presentar una documentación sólida para solicitar la búsqueda en otro punto.

El jefe de la excavación, Francisco Carrión, se encargó ayer de dar cuenta de los nulos avances tras mes y medio de investigación en Fuente Grande, a nueve kilómetros de Granada. Ese fue el punto que señalaron historiadores y testigos, entre ellos, uno de los supuestos participantes forzosos en los enterramientos, Manolo el Comunista , que fundamentó la creación de un parque, el García Lorca, para honrar a los caídos y proteger el espacio de presiones urbanísticas.

TRABAJOS MINUCIOSOS Los trabajos, en un espacio de 276,75 metros cuadrados, han sido minuciosos. Se han utilizado georradares, que han localizado hasta seis posibles fosas, y se ha horadado la tierra a mano, con pico y pala, pero nada de nada. Los especialistas solo han podido excavar unos 40 centímetros antes de chocar con una gran masa rocosa, que evidencia que en ese lugar nunca se realizaron enterramientos, dado que para ello se requiere al menos un metro de profundidad.

A esto se suma, como destacaba ayer la consejera andaluza de Justicia, Begoña Alvarez, que al tamizar la tierra tampoco han aparecido no ya huesos, dientes o esquirlas óseas, sino botones o casquillos de bala, habituales en fosas comunes y que darían base a los rumores sobre exhumaciones por parte de familiares o de los propios militares. Todo ello permite concluir que "la posibilidad de que allí hubiese habido alguna fosa es ninguna", señala el informe. Eso sí, no se descarta como hipótesis más probable que Lorca, el maestro Dioscoro Galindo y los banderilleros Joaquín Arcollas y Francisco Galadí fueran fusilados en dicha zona, ya que en un punto no previsto inicialmente se ha hallado un impacto de bala aunque no ha sido posible precisar la época.

Los trabajos ponen fin, de momento, a la búsqueda, dado que la Junta no tiene intención de horadar sin ton ni son los montes granadinos. Por ello, los familiares y allegados de los fusilados junto al poeta --y que ahora son "desaparecidos" como reconoce la presidenta de la Asociación de Memoria Histórica de Granada, Maribel Brenes-- deberán realizar una nueva solicitud y documentarla para buscar en otros lugares, como el Caracolar.