Una moción de censura devolverá el bastón de mando a los socialistas en el Ayuntamiento alicantino de Benidorm, tras permanecer 18 años en la oposición. Así lo decidieron ayer los 12 ediles del PSPV y el tránsfuga del PP, José Bañuls, que firmaron la moción que desalojará de la alcaldía al popular Manuel Pérez Fenoll. El caso no dejaría de ser un nuevo quebranto del pacto antitransfuguismo si no se diera, además, la circunstancia de que uno de los ediles socialistas, que ya han anunciado que solicitarán la baja de militancia ante la amenaza de expulsión, es Maite Iraola, madre de la secretaria de organización, Leire Pajín, que se opone públicamente a la operación como el conjunto de la dirección del PSOE.

"Las consecuencia del incumplimiento del pacto antitransfuguismo son iguales para todos los militantes del partido se apelliden como se apelliden", afirmó ayer con rotundidad Pajín en clara alusión a su madre, horas antes de que se consumara la decisión de todo el grupo socialista de Benidorm.

La voluntad de los socialistas de esta ciudad alicantina de relevar al alcalde popular ha sido una fuente de conflictos entre los socialistas de Benidorm, los dirigentes del PSPV y la cúpula del PSOE. Unas discrepancias sobre la conveniencia de contar con el tránsfuga Bañuls que ayer se materializaron con el anuncio de la moción, y la solicitud de la baja de militancia del PSOE de los ediles que participan en ella ante el rechazo de la dirección del partido y la amenaza de expulsión que pesaba sobre ellos.

El secretario general de los socialistas valencianos, Jorge Alarte, se ha negado desde el principio a esta operación, basándose en el pacto antitransfuguismo acordado por PSOE y PP en 1998.

"Es una decisión difícil y dura, que supone un desgarro, pero hemos elegido Benidorm sobre el propio partido", argumentó ayer el portavoz municipal, Agustín Navarro, que aseguró que era la única manera de terminar con el "desgobierno" y la "parálisis" del consistorio.