No se puede acusar de virar siempre para el mismo lado al juez central de vigilancia penitenciaria, José Luis de Castro, que no solo ha avalado la decisión del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero de conceder la prisión atenuada a Iñaki de Juana Chaos, sino que con frases como la que apunta que la resolución demuestra "la superioridad ética del Estado de Derecho" llenó la polémica actuación de argumentos jurídicos. Especializado en revisar la situación de los reclusos, ya que procede de uno de los juzgados que se ocupa de estos asuntos en Madrid, a lo largo de su carrera, De Castro ha tomado decisiones tanto de cariz conservador como de tendencia progresista.

Así, respecto al polémico etarra Iñaki de Juana Chaos, en el 2005 autorizó que redimiera 107 días por estudiar en la cárcel, fallo que fue paralizado por su antecesor en el cargo y entonces presidente de la sección primera de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional, Javier Gómez Bermúdez.

Además, también en el 2005, concedió el tercer grado, cuando había cumplido la cuarta parte de su condena, al exdirector general de la Guardia Civil Enrique Rodríguez Galindo, castigado a 75 años de prisión por el secuestro y asesinato de los etarras José Antonio Lasa y José Ignacio Zabala. El juez consideró entonces "absurdo" que Rodríguez Galindo disfrutara de un régimen de cumplimiento de su condena "tan amplio" y siguiera clasificado en segundo grado. Además, tuvo en cuenta el "estado de salud preocupante" en que el condenado se hallaba.

Elección conservadora

José Luis de Castro, no obstante, no se le puede tachar de favorecer siempre a los reclusos. Así, fue uno de los dos jueces que denunciaron a una colega por presionarles para conseguir que se otorgara el régimen abierto al expresidente de Banesto Mario Conde. Por último, el PP, en noviembre del 2000, incluyó al magistrado en la comisión que estudió la reforma del sistema de penas.