Por tierra, mar y aire, la oposición catalana decidió ayer cargar con casi toda la munición parlamentaria de que dispone con tal de hacer subir al presidente de la Generalitat al atril de la Cámara autonómica por la polémica del 3%. El PP anunció para hoy la presentación de una moción de censura a Pasqual Maragall que el tripartito ha optado por resolver "cuanto antes", probablemente los próximos jueves y viernes. Ante tal medida drástica de los populares, CiU quedó en un segundo plano al limitarse a pedir un pleno extraordinario, aunque hoy presentará formalmente la anunciada querella contra el president .

Los populares habían condicionado la moción de censura a que el Ejecutivo convocase un pleno monográfico. CiU, a su vez, pidió un pleno extraordinario para forzar a Maragall a una nueva rectificación pública y formal de las palabras --"ustedes tienen un problema que se llama 3%"-- con las que acusó a CiU de cobrar comisiones ilegales.

El Gobierno catalán esperó al regreso de Maragall de su viaje a Uruguay para diseñar su estrategia: someterse a la censura de Piqué y, en una reunión que mantendrán los portavoces parlamentarios del tripartito con el consejero Joan Saura, decidir sobre el pleno que pide CiU. En este caso, el tripartito baraja dos opciones: rechazar su celebración --cuenta con mayoría en la junta de portavoces del Parlamento-- o bien supeditar la celebración del pleno extraordinario al resultado de la comisión de investigación que debe estudiar tanto el hundimiento del Carmel como el sistema de contratación de la obra pública desde 1999, lo que incluye la polémica sobre el 3%. Esa comisión de investigación echará a andar hoy.

GUERRA SIN CUARTEL Con esta salida, el tripartito quiere subrayar la imagen de que CiU va con el paso cambiado y a remolque del PP. Maragall ofrecerá sus explicaciones y/o excusas durante la moción de censura y, en función del resultado de la investigación parlamentaria, confía en que el pleno extraordinario se gire en contra de la federación.

De hecho, en esta guerra sin cuartel la oposición mantiene su propia pugna. El PP ha optado por la censura --necesita 14 diputados y tiene 15-- porque no tiene suficientes diputados para forzar un pleno extraordinario. CiU no piensa apoyar la moción porque no quiere ir de la mano de los populares. Y éstos tampoco dan por buena la petición de pleno reclamada por CiU.

El PP interpreta que la federación no es víctima de la polémica, sino parte implicada. De hecho, es un recurso con el que fuerza el reglamento de la Cámara, pues en realidad, con la moción de censura, Josep Piqué, formalmente, se presenta como candidato a la presidencia de la Generalitat. CiU, por su parte, no quiere quemar aún este cartucho, ya que los partidos pueden presentar sólo una moción a lo largo de toda la legislatura.

La iniciativa del PP provocó reacciones airadas. Joan Ridao (ERC) vio "grotesco" que el PP presente una moción de censura. "Piqué está desbocado", dijo Joan Boada (ICV). "Quiere zaplanizar la política catalana", acusó la socialista Manuela de Madre.