Pasqual Maragall y el consejero catalán Joan Carretero cerraron ayer con un extraño final la crisis abierta el pasado fin de semana, cuando el segundo, responsable de la cartera de Gobernación, tachó de "demagogo españolista" a José Luis Rodríguez Zapatero y le responsabilizó del "inmenso desastre" del Estatuto catalán. Sólo una rectificación pública evitaría que Carretero tuviera que dejar el Gobierno catalán. Esa fue la advertencia que lanzó Maragall el domingo. La respuesta del consejero fue ayer al mediodía aguantarle el pulso al presidente. Lo hizo a través de una nota en la que, implícitamente, se reafirmaba, con nuevos argumentos, en sus acusaciones. Por la tarde, una reunión entre Maragall y Carretero y una del primero con la cúpula de ERC (Carretero incluido) dieron como resultado otra nota, ésta de Maragall, que zanjaba el caso ante las "oportunas explicaciones" recibidas.

Carretero, provocador, resaltó en su nota del mediodía que el Estatut se ha cerrado de forma "forzada, dudosa y un poco precipitada". Es decir, parafraseó a Maragall, que así se expresó en el Parlamento catalán el pasado jueves. De rectificación, nada.

AIRES DE FATALIDAD La cuestión es que, con la pelota en su tejado, Maragall buscó una salida con dos reuniones consecutivas en la Generalitat. La primera fue con el propio Carretero, que se negó a explicitar una rectificación y se fue a la sede de ERC, de donde volvió con Bargalló, Josep Lluís Carod-Rovira y Joan Puigcercós. Fuentes de ERC afirman que en esa segunda cita Carretero se negó de nuevo a dar marcha atrás en sus declaraciones y puso su cargo a disposición del presidente catalán. Olvidando su amenaza, éste le ratificó en el cargo y difundió entonces la nota en la que juzgaba "oportunas" sus explicaciones.

De que Maragall perdió el pulso daba fe su nota, que no decía casi nada en concreto y zanjaba el incidente sin la rectificación exigida. Según la nota de Presidencia, Carretero habría dicho que "en ningún momento tuvo voluntad de ofender al presidente del Gobierno español" y que había expresado "el debido respeto institucional a su figura". Con este panorama, Maragall no tenía muchas alternativas, porque destituir a Carretero suponía forzar la salida de ERC y romper el Gobierno tripartito.

VOTACION DEL ESTATUT La polémica no impedirá que, salvo sorpresas de última hora, la comisión mixta Congreso-Parlamento catalán dé hoy por finalizados sus trabajos sobre el Estatuto catalán con la discusión del preámbulo y la votación final de todo el proyecto estatutario. El debate del preámbulo permitirá a Esquerra Republicana remachar su no al Estatut, certificado el sábado en su consejo nacional. No en vano, el preámbulo es el único bloque del proyecto que los republicanos acabarán rechazando de pe a pa, en una sesión parlamentaria en la que, seguro, planeará la crisis del tripartito por el enfrentamiento entre Maragall y Carretero.