Pasqual Maragall convocó y celebró ayer mismo una cumbre con los presidentes de los cuatro grupos parlamentarios que dieron su voto afirmativo al Estatuto catalán (todos, menos el PP) para pautar la unidad de acción del cuatripartito durante la negociación del proyecto en el Congreso. La unidad de acción no impedirá un cierto margen para la discrepancia.

La reunión --Artur Mas (CiU), Manuela de Madre (PSC), Josep Lluís Carod-Rovira (ERC) y Joan Saura (ICV-EUiA) en presencia del presidente catalán--, celebrada a primera hora de la tarde en la Generalitat, tuvo lugar bajo el impacto que en CiU, ERC e ICV causó el lunes el anuncio del número dos de los socialistas catalanes, José Montilla, de que su partido prevé repescar, con la colaboración del PSOE, algunas de las enmiendas que el PSC no logró que prosperaran en el pleno del Parlamento catalán.

El líder de CiU llevó la queja incluso a la reunión. Allí, cuando el president invitó a actuar con unidad de acción, Mas expuso que los únicos intentos hasta ahora de romper ese compromiso han surgido de las filas socialistas. De la cumbre se destiló --añadieron fuentes del tripartito-- una leve desautorización del presidente a Montilla.

La cumbre, pese a todo, no fue un intercambio de reproches. Al contrario. Uno de los acuerdos del cuatripartito fue la próxima creación de un equipo de juristas que asesore en todo momento a la delegación catalana encargada de negociar el Estatuto.

El consejero primero, Josep Bargalló, de ERC, evitó criticar la intervención de Montilla. Incluso le echó un capote. "No he visto ninguna ley que pase por un Parlamento y no se modifique nada", observó. No deberá haber "ni rebajas ni recortes" al texto --advirtió--, pero dio por seguras las "modificaciones".

Resultó clarificadora la intervención que realizó el portavoz del PSC en el Parlamento catalán, Miquel Iceta. Este puntualizó que el PSC no puede técnicamente presentar enmiendas en el Congreso. Si acaso lo puede hacer el PSOE, aclaró. E invitó al cuatripartito a pactar con el PSOE las enmiendas porque, si no, "difícilmente se le podrá pedir que vote que sí" al Estatuto.