Pasqual Maragall no presentará la cuestión de confianza que le exigió ayer el líder de la oposición, Artur Mas, para salir de la crisis abierta por su decisión unilateral de renovar medio Gobierno, pero quiere convertir la votación de hoy en una ratificación del apoyo que tiene de la mayoría parlamentaria.

El tripartito cerró filas tras el presidente de la Generalitat de Cataluña ante la avalancha de críticas de la oposición, no sin advertirle de que debe asumir que está al frente de un Gobierno de coalición y no puede pretender actuar sin pactar cuestiones, tales como el reparto del poder entre los partidos coligados.

Los tres partidos de la mayoría confirmaron ayer que votarán juntos las resoluciones finales del debate de política general que durante tres días se ha celebrado en el Parlamento catalán. Dichas resoluciones ratificarán las políticas sectoriales derivadas del Pacto del Tinell, el programa de gobierno que, en el 2003, dio lugar al Ejecutivo presidido por Maragall, pero no se expresaran explícitamente sobre la crisis.

Mas criticó que el president actuara como si no hubiera pasado nada, cuando la resistencia del tripartito a secundar sus planes le ha dejado como un presidente cuestionado por los suyos, mientras que su Gobierno ha quedado "moralmente cesado".

MAS PIDE LA DIMISION El líder de CiU le ofreció tres salidas: relevar a los consejeros que considere necesario sin dejarse condicionar por los partidos de la mayoría; someterse a la cuestión de confianza o dimitir y convocar elecciones anticipadas, aunque con ello pudiera afectar temporalmente la negociación del Estatuto en Madrid. "Cuando las instituciones fallan, toca hablar al pueblo", dijo Mas.

Maragall salió al paso de las críticas calificando a su Gobierno como el mejor de la última década, pese a lo cual ratificó su intención de relevar a varios consejeros: "No soy impaciente, pero sí perseverante. Tendremos nuevo Gobierno, haremos los cambios que sean necesarios".

El portavoz socialista, Miquel Iceta, dedicó buena parte de su intervención a recomponer la relación del partido con el president , de quien alabó su capacidad de sorprender incluso a sus compañeros. "Nos incomoda a veces, pero eso nos llena de orgullo", agregó.

RESPETO AL PACTO Josep Lluís Carod-Rovira, la segunda pata de la coalición, instó a Maragall a respetar los pactos que le hicieron a él president y repartieron las carteras de su Gobierno entre los tres socios del tripartito. Cualquier modificación, dijo, deberá ser pactada de nuevo y obedecer a argumentos sólidos. No obstante, precisó que ERC renueva su apoyo al Gobierno.