Mariano Rajoy lanzó ayer una batería de improperios contra su principal oponente en las elecciones generales del 2004, José Luis Rodríguez Zapatero. Rajoy aprovechó su visita a Zaragoza para acusar al líder del PSOE de tener el "rostro duro", de "falta de patriotismo" y "mezquindad" por pedir a la Unión Europea (UE) que no financie las obras del Plan Hidrológico Nacional (PHN) que repartirá las aguas del Ebro.

Ante unos 600 cargos del PP, Rajoy también cargó contra el dirigente de los socialistas catalanes, Pasqual Maragall y se mofó de que tenga ideas tan "sociales y socialistas" como negar el trasvase de agua del Ebro al Levante.

A los miembros de CiU les llamó "chiquilicuatres" (sinónimo de mequetrefe y fantoche) por pedir que el Estado compense a las autonomías por la supresión del impuesto de sucesiones. "¿Qué broma es ésta?", se preguntó, tras defender que el autogobierno se tiene "no sólo para gastar sino para ingresar". En todo caso, fue menos contundente con Artur Mas, el candidato de CiU, y dejó la puerta abierta a una futura colaboración, ya que el PP catalán "favorecerá, si es necesario, la gobernabilidad" en Cataluña.