Las autoridades marroquís están decididas a evitar que se repitan los asaltos a las fronteras de Ceuta y Melilla. Los agentes de las Fuerzas Auxiliares (similares a los antidisturbios españoles), junto a miembros de la Gendarmería Real y los Grupos Urbanos de Seguridad, se internaron a primera hora de la mañana de ayer en el bosque de Bel Younech de Melilla, en el extremo este de la frontera, donde permanecían un centenar de subsaharianos esperando la oportunidad para cruzar a España.

Unas 62 personas fueron detenidas y trasladadas a la comisaría de la policía de Tánger, desde donde serán deportadas a la frontera con Argelia. Poco después, los agentes destrozaron a golpes y patadas (según los testigos) las estructuras de plástico y madera que les servían de campamento para evitar que acoja nuevos refugiados.

Con las primeras luces del día, las fuerzas de seguridad marroquís llegaron al bosque donde se escondían los inmigrantes, parte de los cuales participaron en el mortal asalto de la madrugada del jueves. Una treintena de personas, la mayoría de Mali, Guinea Conakry y Guinea Bissau, optaron por entregarse.

Muchos de los ocupantes de este campamento, instalado en la zona desde hace cinco o seis años y que sirve de punto de referencia a los inmigrantes que llegan a Marruecos con intención de cruzar a España, habían evacuado ya la zona aprovechando la niebla para evitar su detención, ya que conocían con antelación la llegada de las fuerzas de seguridad.

No obstante, una patrulla de agentes se adentró en el valle, una zona frondosa que discurre paralela a la frontera, y detuvo a otra treintena de personas, mientras que otros cinco consiguieron huir.

UNA EMBARAZADA Los arrestados, entre ellos una mujer embarazada que fue localizada entre la maleza cuando intentaba huir, fueron conducidos a un puesto de vigilancia marroquí, desde donde partieron en diferentes furgones policiales hacia la comisaría de Tánger.

Con éstos son ya más de 300 los inmigrantes detenidos en la frontera hispanomarroquí desde el pasado jueves, según fuentes de la agencia oficial MAP, que subrayaron que la mayor parte de las detenciones se han realizado inmediatamente después del salto de la valla de Ceuta.

De esta forma, 256 subsaharianos (de Mali, Senegal, Guinea, Congo, Burkina Faso, Togo, Sierra Leona e incluso Bangladesh) fueron arrestados el pasado jueves cerca de Nador (Marruecos) en un despliegue policial sin precedentes, en el que participaron 1.300 agentes, apoyados por dos helicópteros.

EFECTO DISUASORIO Mientras tanto, el fuerte despliegue policial cumplió el efecto disuasorio y la noche transcurrió sin sobresaltos en Ceuta y Melilla.

De hecho, la Gendarmería Real y las Fuerzas Auxiliares (que habían distribuido a un agente cada dos metros) abortaron durante la madrugada el intento de 50 subsaharianos que, a varios kilometros de distancia, se encaminaban a la alambrada de Melilla en el paraje conocido como Los Pinos de Rostrogordo (donde la altura aún no alcanza los seis metros) pertrechados con escaleras precarias.