Madrid Las relaciones entre España y Francia para acordar una política conjunta contra ETA nunca han sido fáciles. Fue en 1983 cuando Felipe González convenció a François Mitterrand que era primordial la cooperación entre los dos países. La primera extradición por "pertenencia a banda armada" llegaría en 1994, y dos años más tarde Francia accedía a entregar a los etarras a España después de cumplir condena en territorio francés. En el 2003, se acordó crear un equipo común de investigación policial y judicial, y en el 2004 se pactó la formación de un equipo habilitado para compartir información y estrategia. En estos años los dos países han mantenido la misma línea.