Armonización, homogeneización, uniformización, racionalización, adelgazamiento. Cuando tales palabras suenan en boca del PSOE y el PP, en los oídos de los partidos catalanes resuenan amenazas a un recorte del autogobierno. Socialistas y populares han expuesto al mismo tiempo sus respectivos planes de reforma del modelo auto- nómico, como parte de las políticas de austeridad que impone el asfixiante déficit. Esta coincidencia disparó ayer las alarmas en Cataluña, cuyo nuevo presidente, Artur Mas, denunció una pinza entre los dos grandes partidos españoles.

"Si quieren armonizar el Estado, si lo quieren homogeneizar, que lo hagan entre ellos, pero que no toquen a Cataluña", advirtió Mas ayer. El presidente catalán partió de la base de que PSOE y PP han hallado en la crisis una "fuerte y potente excusa" para culpar a las autonomías del excesivo gasto, pero alertó de que la falta de concreción de sus planes indica que el "dedo acusador" apuntará de nuevo a Cataluña.

Los barones del PSOE debatirán un manifiesto con el que pretenden corregir las "disfunciones" del actual modelo territorial y, de paso, "neutralizar las ansias centralistas" del PP. Pero ese propósito se hizo público el mismo día que el expresidente José María Aznar recuperó su discurso más aguerrido, el del cerrojazo autonómico. "España no da para tener 17 instituciones que hagan lo mismo. Alguien le tiene que poner el cascabel al gato, y ese va a ser el PP", dijo. Le estaba marcando el camino a Mariano Rajoy.