El expresidente de la Generalitat, Artur Mas, ha dado por hecho que será inhabilitado para ejercer un cargo público, cuando sea juzgado por convocar el proceso participativo del 9-N en el 2014. Pero espera que esto "sirva de algo" y que los "juicios políticos" a él, a las 'exconselleres' Irene Rigau y Joana Ortega, al diputado Francesc Homs y a la presidenta del Parlament, Carme Forcadell, puedan "alimentar la acción de la gente y generar un clima a favor del referéndum".

En el marco de una conferencia en Palma de Mallorca, el expresidente ha evitado entrar en el debate sobre la sucesión de Carles Puigdemont, después de anunciar que no repetirá el cargo como presidente de la Generalitat. Aún así, Mas ha evidenciado que él solo podría presentarse como candidato a la presidencia de la república catalana, porque una vez proclamada, la inhabilitación decretada por los tribunales no tendrían validez.

Mas ha afirmado, en este sentido, que votar "es la solución, en ningún caso el problema", dado que "el 80% de los catalanes" quieren el referéndum. En contraposición ha criticado "el inmovilismo" del Gobierno. "Algunos hablan de operación diálogo pero no nos permiten sentarnos en una mesa para debatir nuestra aspiración nacional", ha señalado.