La mecha prendida desde el lado marroquí contra las policías españolas no será fácil de apagar. El mensaje ha calado en la población, como demostró ayer un nuevo incidente fronterizo. Un vecino de Nador intentó franquear el paso de Beni-Enzar por el acceso equivocado, el de los ciudadanos comunitarios, y cuando una agente le alertó de que debía dirigirse a los tornos correspondientes a los residentes marroquís se revolvió contra ella y la insultó.

"No me dejan pasar porque son racistas", gritó en su lengua nativa, el tamazigh, de origen bereber y que se habla en el norte de Marruecos. Pero un policía nacional de origen magrebí escuchó la ofensa y advirtió al marroquí de que le había entendido y de que iba a presentar un denuncia por calumnias.

Piedra en mano

La amenaza no aplacó al vecino de Nador. De hecho, no solo insistió en sus insultos --mezclando el castellano y el tamazigh--, sino que cogió una piedra e intentó lanzarla contra los agentes, que solo podían mirar porque el agresor se encontraba en la tierra de nadie. El hombre no llegó a tirarla: se lo impidieron los ciudadanos comunitarios que compartían cola con él.

Tras su agresión frustrada, salió corriendo. Pero estaba identificado. Los agentes presentarán hoy un relato detallado del nuevo incidente en el juzgado de guardia.