El presidente de CiU, Artur Mas, regresó ayer ufano a la Moncloa para sellar ante las cámaras el pacto del Estatut, y aprovechó para anticipar su disposición a convertirse en socio privilegiado del PSOE e incluso a tener ministros en el Gobierno, pero siempre que la federación recupere la Generalitat.

Mas equiparó al PSOE y a CiU al definirlas como fuerzas que, gracias a su "centralidad y mentalidad de Gobierno", han logrado un acuerdo "de calado" en torno al Estatut y a "la España de futuro". De sus palabras se deducía que su compromiso con Zapatero va mucho más allá del Estatut. "Siempre estamos dispuestos a colaborar en la política española. No descartamos que en algún momento podamos tener una implicación más a fondo de la tradicional", anunció el líder nacionalista, que después advirtió: "La graduación de esa implicación en el Gobierno central va a depender de hasta qué punto CiU gobierne los destinos de Cataluña". Dicho de otro modo, si Zapatero necesita a CiU en el Gobierno, el PSC deberá ceder la presidencia de la Generalitat. E. H.