Máximo Cajal : "La raíz de lo que pasa se encuentra en el colonialismo"

CARGO REPRESENTANTE

DEL PRESIDENTE EN LA ALIANZA

DE CIVILIZACIONES

EDAD 70 AÑOS

LUGAR DE NACIMIENTO MADRID

--¿Qué se busca con la alianza de civilizaciones?--Superar la idea de confrontación, en particular entre los mundos árabe-islámico y occidental. La alianza va mucho más allá de una visión policial para combatir el terror. Prevé actuaciones en educación, juventud, medios de comunicación. Se trata de quitar protagonismo a los radicales en internet, de imponer una visión moderada y dialogante, de cambiar estructuras mentales. Existen otros proyectos, como el Gran Plan para Oriente Medio, de George Bush; el Diálogo de Civilizaciones, del expresidente iraní Mohamed Jatamí, o el proceso euromediterráneo. La singularidad de la alianza es que excede lo regional y se sitúa en el marco de la ONU.

--¿Cómo se pondrá en marcha?--La iniciativa partió del presidente Zapatero, pero ya ha sido asumida por el secretario general de las Naciones Unidas. Este designará una comisión de alto nivel de unas 17 o 18 personas, que deberá presentar hacia el otoño del 2006 un documento de recomendaciones sobre cómo configurar la alianza. Después, el secretario general presentará un plan concreto de acción a la comunidad internacional. Es un sistema habitual en la ONU. El grupo de alto nivel celebrará cuatro o cinco sesiones. La primera se hará en España en otoño (Zapatero ha anunciado que será en Baleares en noviembre). La última tendrá lugar en Turquía, copatrocinador del proyecto.

--¿Quién estará en la comisión?--Eso lo decidirá el secretario general. Se piensa en políticos con experiencia de gobierno, intelectuales comprometidos, algún representante de medios de comunicación... La selección se realizará en función de méritos, pero al mismo tiempo conforme a cierto equilibrio regional y con representación de distintas sensibilidades y culturas.

--¿Será Occidente el modelo a seguir en la orientación de la alianza?--Las medidas las decidirá el secretario general de las Naciones Unidas en base a las recomendaciones del grupo de alto nivel. Occidente no tiene el monopolio de la verdad. Tiene una pesada carga histórica llamada colonización. Eso no justifica lo que ocurre, pero alguna raíz está ahí. De lo que se trata ahora es de buscar una nueva aproximación entre las civilizaciones mediante el diálogo, y un compromiso en torno a ciertos principios básicos, como pueden ser los derechos humanos o la no discriminación de la mujer. No es inocente que el presidente Zapatero haya pedido al primer ministro de Turquía que copatrocinara la iniciativa. Cualquier persona que tenga un mínimo de sensibilidad política debe ver la importancia que tiene que un dirigente islamista moderado, que es de lo que se trata, se sume al proyecto de la alianza de civilizaciones.

--¿Caben en la alianza regímenes fundamentalistas como el saudí o el iraní, donde, entre otras cosas, las mujeres deben llevar el rostro tapado?--Ese es uno de los problemas: conseguir que gobiernos que cojean de algún pie asuman las medidas que se planteen en el marco de la alianza. En todo caso, el problema no está tanto en los signos externos como en las mentes. Es lo que hay que cambiar. Yo no pretendo que las afganas vayan en bikini. Entre éso y el burka quizá hay términos medios. En España, nuestras abuelas llevaban hasta hace poco la cabeza cubierta y vestían de negro. El problema está en los derechos, en la igualdad de género. El pleito del velo sólo se ha dado en Francia. Aquí se pasean mujeres musulmanas con pañuelo y no pasa nada.

--¿Cree que Estados Unidos se sumará a la iniciativa?--He explicado en Washington el plan. He hablado con Paula Dobriansky, subsecretaria para Asuntos Globales. No hemos recibido un apoyo entusiasta ni una crítica negativa. Ellos tienen su propio proyecto para Oriente Medio. Quizá se podría lograr una colaboración entre ambas propuestas.

--José María Aznar ha calificado de "estupidez" la iniciativa. Mariano Rajoy la tacha de "frívola".--Sorprende la pobreza intelectual de ambos. Me llama la atención que Aznar, visto lo que pasa en Irak, siga pensando que esa guerra ayuda a combatir el terrorismo.