Los planteamientos del cabeza de lista del Partido Popular para las elecciones europeas, Jaime Mayor Oreja, sobre la cuestión lingüística tienen unas raíces sólidas que se remontan al año 1890. Por aquel entonces, explicó ayer en Barcelona, su bisabuelo tomó una decisión terminante: "Se esforzó para que sus hijos no se encerrasen en el granero. Prohibió que hablaran el vasco en casa, para que aprendieran bien el español".

Esa es la respuesta que el exministro del Interior ofreció en un acto del Fórum Europa --en el que le presentó el exdirigente del PP Rodrigo Rato-- cuando le preguntaron si, como declaró la semana pasada, cree que la inmersión lingüística en Cataluña lleva a la ignorancia. Sobre este punto, no repitió sus argumentos. Se retrotrajo al "pequeño pueblo" de Ibarranguelu (Vizcaya) donde vivían sus antepasados y se centró en su bisabuelo, un "coetáneo y amigo de Sabino Arana" que "representaba todo lo contrario" que el fundador del PNV y que prefirió que sus hijos no hablaran euskera en casa para que dominaran con solvencia el castellano. Y, en definitiva, para que salieran "del granero".

DEFENSA DEL IDIOMA Mayor Oreja considera que la lengua que hay que defender en Europa es el castellano: "No tiene el estatus que merece en función del número de millones de personas que lo hablan en el mundo". El eurodiputado defendió limitarse a dos o tres lenguas y, sobre todo, a luchar por que el español sea la segunda de la UE tras el inglés. Lo justificó recordando que es ampliamente empleado en EEUU, si bien no puede afirmarse que en el marco comunitario cuente con más hablantes que el francés, el italiano o el alemán.

Mayor también defendió el legado del expresidente del Gobierno y exlíder del Partido Popular José María Aznar. Y aunque avisó de que no quería mojarse, aseguró que su partido necesita aplicarse: "El PP tiene que adquirir más nervio político, más envergadura; tenemos que hacer mejor las cosas".