"Es una vergüenza. Nos han traído al aeropuerto para nada. Me siento como un pelele". Así de indignado se mostró uno de los 160 militares del Elemento de Apoyo Logístico Nacional (INSE III) que ayer vieron cómo su vuelo a Irak desde Zaragoza se cancelaba sin ninguna explicación.

Los soldados llegaron al aeropuerto zaragozano a la una de la tarde. Después de que facturasen sus equipajes, comenzaron los rumores. El jefe del contingente, teniente coronel Pedro Vallejo, recibió una llamada a su teléfono móvil cerca de las 13.30 horas. Era el Mando Logístico de Operaciones de Valencia, responsable de coordinar el despliegue de los militares españoles en el extranjero. "Me han dicho que esperemos en el aeropuerto, aunque ya se apunta a la posibilidad de la cancelación", explicaba Vallejo con cara de sorpresa. Poco después se confirmaba la noticia. El vuelo de ayer y el del próximo día 5 de abril quedaban suspendidos. Sin más información.

A las 14.05 horas, apenas 60 minutos antes de la hora prevista para la partida, Vallejo reunía a sus hombres: "La rotación prevista para el relevo de Irak se ha suspendido, aunque no sé si de forma definitiva o si saldremos más tarde".

Nadie conocía el verdadero motivo de la cancelación del vuelo, aunque se excluía el más obvio: los trabajadores del aeropuerto desmintieron con rotundidad que fuera por el mal tiempo --llovía en Zaragoza--. A las 15.30 horas, los últimos hombres que todavía se encontraban en el aeropuerto se marchaban al cuartel de la AALOG. Algunos de los soldados huían de los fotógrafos: "Lo siento. No hay ganas de celebraciones ni cachondeo", comentaba uno. Ocho horas después, cerca de la medianoche, volvían al avión.