Un grupo de internos de la cárcel de A Lama (Pontevedra) celebró el pasado 7 de julio la matanza de Londres con gritos de "muerte al infiel" y risas, según fuentes penitenciarias. Por ello, se les ha aplicado el plan de prevención contra presos islamistas aprobado tras la desarticulación de la célula que quería atentar contra la Audiencia Nacional, integrada por 31 reclusos, el pasado octubre, en la llamada operación Nova.

Fuentes penitenciarias han explicado que ese grupo --del que sólo se ha podido identificar a cinco integrantes-- expresó en árabe su alegría porque Londres había sufrido un ataque terrorista de Al Qaeda. Luego, en castellano, uno de ellos vociferó: "¡Muerte al infiel!". El resto de los reclusos jalearon ese grito y arrancaron a reír. Los funcionarios les disolvieron y dieron parte a la dirección de la prisión.

LAS MEDIDAS Hasta ese momento, esos internos no habían dado muestras de ser radicales islamistas y no habían evidenciado actitudes violentas. Sí cumplían con sus obligaciones religiosas. Todos ellos estaban presos por delitos comunes.

Tras este incidente, la dirección de la cárcel ha recluido en celdas de aislamiento a dos de ellos. Se trata del interno que coreó los gritos y de otro que secundó con mayor entusiasmo la celebración. Los otros tres reclusos han sido recolocados en distintos módulos de la prisión para evitar que vuelvan a coincidir en el patio o en el comedor. No se descarta que en los próximos días puedan ser trasladados a otros centros penitenciarios.

De momento, según las fuentes consultadas, no se ha tenido constancia de más incidentes en las prisiones tras la matanza de Londres. Pero ese tipo de celebraciones no son hechos aislados.

Tras la masacre de Madrid, Mustafá Zaníbar, preso por formar parte de la célula que quería atentar contra la Audiencia Nacional, invitó a tomar café a sus compañeros de módulo de la cárcel de A Lama para celebrar ese atentado. Zaníbar cumplía entonces condena por haber quemado vivo a un musulmán en El Ejido (Almería).

LOS PRECEDENTES Además, en esa prisión pontevedresa estuvieron otros dos integrantes de esa célula, creada por Mohamed Acraf en la cárcel de Topas (Salamanca) entre el 2001 y el 2003, que eran extremadamente violentos. Se trata de Baldomero Lara y Aisa Kadur, que tenían "aterrorizados" al resto de los internos musulmanes porque les obligaban a respetar las horas de rezo y a hacer instrucción militar en el patio, según informaron entonces fuentes penitenciarias.

En la cárcel de A Lama también estuvo recluido Alekema Lamari cinco años y medio tras ser condenado por pertenencia al GIA (Grupo Islámico Argelino). Lamari fue excarcelado por un error de la Audiencia Nacional y se convirtió en uno de los jefes del 11-M. Murió el 3 de abril del 2004 junto a otros seis terroristas en Leganés (Madrid).

En estos momentos, según fuentes penitenciarias, están repartidas por las cárceles españolas 127 personas relacionadas con el terrorismo islamista. Todos ellos se encuentran en situación de preventivos. La Audiencia Nacional tiene previsto dar a conocer la sentencia contra los 24 presuntos integrantes de la célula española de Al Qaeda en septiembre.

El grueso de los internos están relacionados con la masacre del 11-M de Madrid. El juez Juan del Olmo ha imputado a un total de 104 personas por esa masacre, aunque la mayoría se encuentran actualmente en libertad porque su relación con la matanza de Madrid es de escasa entidad. Los otros están implicados en la operación Nova y fueron captados cuando cumplían condenas por delitos comunes.