Otra herida sangrante del PSOE es la fidelidad de voto, el porcentaje de ciudadanos que confiesan que volverían a respaldarlo. Desde el Barómetro de mayo, los socialistas han dejado de retener casi el 11% de los sufragios, mientras que más del 15% reconoce que no lo votaría de nuevo. El PP tiene al electorado más fiel: el 87,4% renovaría su apoyo.