El juez de la operación Lezo, Eloy Velasco, autorizó medidas inusuales en la investigación para pillar a los implicados 'in fraganti', ante el convencimiento de que Ignacio González y sus colaboradores sabían que estaban siendo investigados y que sus teléfonos estaban pinchados al menos desde el pasado verano. Según desvela este martes la Cadena Ser, el magistrado autorizó la colocación de un micrófono en el despacho como abogado del expresidente de la Comunidad de Madrid.

Con la presencia del secretario judicial, agentes especializados de la Guardia Civil colocaron el dispositivo de madrugada, accediendo al despacho con una ganzúa, y González no detectó nada porque las conversaciones en su despacho, donde el exdirigente del PP hablaba sin temor a ser escuchado, han aportado diversas pruebas al caso, sobre todo en lo que se refiere al sistema de blanqueo y facturación falsa.

Asimismo, la Guardia Civil ha usado micrófonos portátiles de última generación y alta ponencia, que también han servido para corroborar varias líneas de investigación. Por ejemplo, permitieron conocer a los investigadores la reunión entre el hermano de González y el secretario de Estado de Seguridad, José Antonio Nieto.