Los dos presuntos etarras a sueldo Mikel Orbegozo y Sara Majarenas, detenidos el jueves en Valencia, iban a matar a un teniente coronel del Ejército o a un inspector de policía de la comisaría de la localidad de Mistala. Los terroristas, que tenían un tercer objetivo que no ha sido detallado, habían pagado por adelantado, hasta el lunes, la habitación del hostal Tartessos de Valencia, a la que llegaron el miércoles.

El subdelegado del Gobierno en Valencia, Luis Felipe Martínez, dijo que la documentación incautada permite afirmar que disponían de información muy precisa sobre la comisaría de Mistala (Valencia) y sobre el militar al que pensaban asesinar con una bomba lapa.

Las fuentes policiales no descartan que fueran a atentar también contra algún miembro de la corporación valenciana, incluida la alcaldesa Rita Barberá (PP), quien ayer reiteró su agradecimiento a las Fuerzas de Seguridad. La información tan precisa que poseían indica que ETA contaba con algún informador.

"SE LE HA COLADO UN GATO" La policía cree que después de cometer el atentado, los dos terroristas iban a viajar a otra ciudad para seguir atentando. Majarenas y Orbegozo estaban controlados por la policía. El encargado de la pensión relató ayer que la policía le llamó a las cinco de la mañana y le dijo que "se le había colado un gato". Poco después unos agentes le enseñaron fotos de Majarenas. "¿Estás seguro de que es ella?", le preguntaron. "Claro que es ella", contestó.

Majarenas estuvo matriculada en la Universidad de Zaragoza en el 2001, año en el que fue asesinado Manuel Giménez Abad, presidente del PP aragonés.

Ayer, la Guardia Civil detuvo a Patricia Perales Hurtado, novia de Javier Pérez Aldunate, arrestado esta semana acusado de planear atentar contra el Rey.