Fèlix Millet y Jordi Montull, que dirigieron el destino del Palau de la Música durante décadas hasta que el pasado año se destapó el desvío de fondos en esta entidad, han acudido hoy por tercera vez a firmar la comparecencia mensual que les impuso la Audiencia de Barcelona por separado y en silencio, sin querer responder a las preguntas de los periodistas.

La aparente unidad que Millet y Montull han mantenido durante meses desde que estalló el escándalo del desfalco del Palau, acudiendo juntos al Juzgado de Instrucción número 30 de Barcelona que instruye la causa contra ellos cuando se les ha citado, se ha quebrado hoy al menos en parte al llegar y salir de la Ciudad de la Justicia por puertas diferentes y con media hora de diferencia.

El principal imputado por el expolio del Palau de la Música, Fèlix Millet, ha llegado poco después de las 11.00 horas de hoy por tercera vez al Juzgado de Instrucción número 30 de Barcelona, acompañado de su abogado Jordi Pina, a firmar la comparecencia mensual que le impuso la Audiencia de Barcelona para garantizar que no eludirá la acción de la Justicia.

Al contrario que en las dos ocasiones anteriores, pocas cámaras y menos periodistas le han acompañado en su recorrido desde la salida del edificio de los Juzgados de Instrucción hasta la calle, sin contestar nada directamente y dejando que su abogado lo hiciera por él.

Su compañero de tantos años en el Palau, Jordi Montull, ha llegado hacia las 10.35 horas al Juzgado en solitario y conduciendo él mismo un pequeño turismo que, con la autorización que otorga el símbolo de minusválido por parte del departamento de Bienestar, ha podido aparcar en un lugar reservado cercano a la entrada de la Ciudad de la Justicia.

Los dos, por separado, no han querido contestar las preguntas sobre el incremento de la cifra del desfalco que el pasado viernes los nuevos gestores del Palau elevaron a unos 34 millones de euros, aunque Montull ha sido escueto: "ya se sabía en septiembre", el presunto desvío de más de 11 millones relacionados con las obras de ampliación del edificio modernista.

Por su parte, el abogado de ambos, Jordi Pina, ha alegado que los últimos datos de la auditoría de la firma Deloitte, contratada por los nuevos gestores del Palau, aún no les habían sido comunicados, por lo que no podía entrar a valorarlos.

Respecto a la sentencia de un Juzgado de lo Social de Barcelona, que declaró la pasada semana improcedente el despido de la hija de Fèlix Millet, Clara, de su puesto de directora de internacionalización del Palau, Pina ha considerado que "era lo justo", aunque ha indicado no saber si la joven se reincorporará próximamente porque la resolución no es aún firme.

Al igual que en su comparecencia de febrero, la presencia en los Juzgados de Montull, primero, y de Millet, después, ha coincidido también con la del otrora hombre fuerte de la Generalitat de Jordi Pujol Lluís Prenafeta, que también ha acudido hoy a firmar su comparecencia quincenal.

Prenafeta, a quien el juez Baltasar Garzón dejó en libertad bajo fianza de un millón de euros, ha entrado en los Juzgados con cara de pocos amigos y se ha enfadado con los fotógrafos que querían inmortalizarle, diciéndoles "¿es que no tenéis nada mejor que hacer?"

Fèlix Millet y su mano derecha Jordi Montull están en libertad provisional, aunque con los pasaportes retenidos por orden del juez desde que el pasado mes de octubre declararon como imputados, una decisión que la Audiencia de Barcelona confirmó después aunque les obligó a comparecer mensualmente en el Juzgado para garantizar su permanencia durante la instrucción del caso.