Los problemas

Las diferencias han comenzado a aparecer en el seno de la Fuerza Internacional de Ayuda a la Seguridad (ISAF), el contingente militar encabezado por la OTAN y creado por la resolución 1386 del Consejo de Seguridad para apuntalar la seguridad y extender la autoridad del Gobierno de Kabul a las provincias de Afganistán. Durante la reciente cumbre de la OTAN en Sevilla un grupo de países formado por España, Francia, Italia, Alemania, Holanda y Turquía rechazaron las peticiones procedentes de EEUU y el mando militar de la OTAN de incrementar sus aportaciones de militares al contingente para frenar una posible ofensiva de los talibanes.

El concepto

Detrás de esta negativa subyacen diferencias esenciales entre, por un lado, EEUU y el mando de la Alianza Atlántica, y por otro, los seis estados miembros que se han negado a incrementar el número de soldados. Washington quiere impedir que los talibanes, que en el 2006 mataron a 4.000 personas, retomen la iniciativa militar en cuanto comience el buen tiempo. El ministro de Defensa alemán, Franz Josef Jung, recordó que en un país como Afganistán, no es posible la victoria militar, que los 100.000 soldados que envió la ex-URSS en los 80 no sirvieron y que, por tanto, la OTAN debe centrarse en la reconstrucción.