Tras la llegada del Aquarius a Valencia se va aclarando al fin el futuro que les espera a sus pasajeros. Todos salvo uno han mostrado por escrito su decisión de solicitar el asilo. Casi la mitad (274) quiere ser acogidos en Francia, país que se ha ofrecido a colaborar, y el resto por España.

Una vez formalicen estas peticiones y los gobiernos de ambos países las acepten, entrarán en el circuito de acogida diseñado para estos casos y ya no podrán ser devueltos ni ingresar en ningún Centro de Internamiento de Extranjeros (CIE), según confirmaron ayer desde CEAR, una de las oenegés que participa en el operativo de Valencia.

Y mientras no cumplimentan la petición de asilo, los inmigrantes disponen de los 45 días del permiso extraordinario de estancia por razones humanitarias que les ha otorgado el Gobierno español.

TRATO DESIGUAL / La decisión de los pasajeros del Aquarius de acogerse al derecho de asilo es muy importante porque marca su futuro y les diferencia de la gran mayoría de los que entran por las costas en pateras o por Ceuta y Melilla. En estos casos, se les abre un expediente de devolución y a la mayoría se les ingresa en los CIE sin informarles de la posibilidad de solicitar el asilo.

La falta de información provoca que la proporción de los que en ese primer momento formula la solicitud sea «ínfima», según CEAR. MANUEL VILASERÓ