Los lunes son difíciles para la mayoría, pero lo de Mariano Rajoy raya la maldición. El presidente del PP se despertó ayer con la deserción de uno de sus más fieles colaboradores desde hace cinco años: Gabriel Elorriaga, secretario ejecutivo de comunicación y uno de los pocos que en la etapa tenebrosa de mochilas y conspiraciones apostaba por la sensatez, pidió públicamente "un liderazgo renovado, sólido e integrador". Algo que, remachó, "Rajoy no está en condiciones de ofrecer". La deserción de este dirigente moderado refuerza el asedio a Rajoy, hasta ahora orquestado por el ala dura del PP, para que ni siquiera opte a la presidencia en el congreso de junio.

Elorriaga escribió ayer un extenso artículo en el diario El Mundo en el que considera que el PP puede convertirse en una "alternativa potente" para "pelear y ganar cada uno de los próximos procesos electorales" porque tiene "equipos disponibles". Pero no con su actual líder. "No valen ya las estrategias reactivas; no valen soluciones incompletas o escasamente atractivas. No valen ahora los desafíos internos ni las actitudes excluyentes", afirma Elorriaga. Ante tal embate --escasamente argumentado-- contra quien ha sido su jefe desde el 2003, el secretario ejecutivo de comunicación intenta justificarse: "En circunstancias normales, el silencio puede ser una contribución eficaz a la resolución de los problemas; en circunstancias excepcionales, esa omisión se transforma en deslealtad hacia la organización de la que formamos parte", concluye.

PERDIDA DE PROTAGONISMO ¿Cómo se lo ha tomado Rajoy? "Está muy dolido, pero más personal que políticamente", respondió ayer un miembro de su renovado equipo. "No entiende cómo ni siquiera le avisó de que iba a publicar una cosa así, cómo no se lo ha dicho a la cara", añadió esa fuente. Los motivos que han llevado a Elorriaga a hacer esta crítica pública y el modo de formularla --a través del diario que más ha fustigado a Rajoy tras su derrota del 9-M-- son dos elementos que el entorno del presidente del PP no tenía ánimo para analizar ayer.

En círculos populares se atribuye el desplante a la pérdida de proyección pública de Elorriaga en favor de Esteban González Pons, virtual portavoz del PP en el nuevo equipo de Rajoy. El líder del PP le ha encomendado que frecuente radios y televisiones, relegando a Elorriaga a la comisión de Ciencia e Innovación del Congreso. De hecho, ayer fue González Pons quien dio la respuesta oficiosa de la dirección al artículo de Elorriaga. El diputado popular reprochó que se limite a rechazar la candidatura de Rajoy sin ofrecer ninguna opción alternativa.

Elorriaga empezó a trabajar mano a mano con Rajoy en el 2003, cuando fue nombrado director de campaña para las generales del año siguiente, después de curtirse en el Gabinete de la Presidencia con José María Aznar. Del congreso de octubre del 2004 salió como secretario ejecutivo de comunicación y en los años posteriores ha seguido pilotando la estrategia y la comunicación de todas las elecciones.

CRITICAS "LEGITIMAS" El desmarque de Elorriaga justo la semana después de que lo hicieran María San Gil y José Ortega Lara, no inquieta al presidente del PP, según sus colaboradores. Rajoy considera muy "legítimas" todas las críticas que está recibiendo, pero no entiende esa opción de "desacreditar al otro sin dar opciones". "Los desacuerdos no deben de ser tantos si nadie consigue articular una alternativa", explican las citadas fuentes.

A diferencia de la división de opiniones que generó el órdago de María San Gil, la mayoría de barones territoriales del PP respaldaron ayer a Rajoy.