Los inquilinos de la Moncloa volvieron a pegarse a la televisión ayer para ver el desarrollo de la constitución del Parlamento de Cataluña. Los recursos para frenar «las posibles ilegalidades» estaban preparados, pero no hubo que utilizarlos. Mariano Rajoy advirtió la víspera que impugnaría la decisión de permitir votar a los huidos a Bruselas, pero la Mesa de Edad no dio ese paso. «Claramente el anuncio del presidente tuvo un efecto disuasorio», afirmaron fuentes de la Moncloa. «Celebramos que haya vuelto una cierta normalidad al Parlament», continuaron estas fuentes que se resistieron a dar por «arreglado el problema».

El Gobierno central considera que la decisión de la Mesa de Edad no sienta precedente y quiere ver actuar al nuevo órgano de la Cámara catalana. El discurso de su nuevo presidente, Roger Torrent, calmó en cierta manera al jefe del Ejecutivo. «Al menos las cosas no han empeorado», sostuvieron los portavoces del Ejecutivo que destacaron sus palabras sobre «coser la sociedad catalana», pero piden esperar a que esas «declaraciones» pasen a «hechos» .

LA DECISIÓN DE TORRENT / Respecto al nombre del futuro presidente de la Generalitat, el equipo de Rajoy estará «atento» a la manera en la que Torrent anuncie el debate de investidura. El presidente de la Mesa tiene la opción de no incluir el nombre de la persona propuesta a la presidencia y guardar la sorpresa hasta el momento del debate, una posibilidad que dificultaría la capacidad de acción del Gobierno para frenarlo si considera que se ha cometido alguna ilegalidad.

En el caso de que en esa convocatoria de pleno Torrent deje por escrito que el candidato es Carles Puigdemont, la Moncloa no podría recurrirlo. Sí lo haría inmediatamente, como ya advirtió la semana pasada el Ejecutivo central, si el presidente del Parlament concretara que el presidenciable intervendrá de manera telemática. En ese caso, la Moncloa presentaría un nuevo recurso que exigiría la petición de un informe al Consejo de Estado y la reunión del Consejo de Ministros, en la que se decidiría el contenido de la impugnación.

«Todo el mundo sabe, incluidos los suyos, que Puigdemont no va a ser presidente», añaden fuentes de la Moncloa, que atribuyen el mantenimiento de la candidatura al «afán propagándistico» del exalcalde de Gerona.

Para el equipo del presidente Mariano Rajoy, la clave estará a partir del día 31 de este mes de enero, ya que en esa fecha empezarían a correr los plazos para la convocatoria de unas nuevas elecciones si en los dos meses siguientes ningún candidato consigue los apoyos necesarios para ser investido.