El ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Angel Moratinos, aseguró ayer que no sabía nada de que un avión vinculado con las operaciones antiterroristas de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) hubiera realizado una escala de tres días, los días 29, 30 y 31 de octubre, en el aeropuerto de Barcelona. El ministro justificó desde Bruselas que hubiera omitido este dato durante su comparecencia del 24 de noviembre en el Congreso para informar de vuelos de la CIA de presunto transporte ilegal de presos, y en la que sólo se refirió al uso de aeropuertos en Baleares y Canarias.

El paso por El Prat de un vuelo de la CIA fue desvelado el domingo por el ministro de Exteriores de Turquía en unas declaraciones a la agencia Anatolia, para dar cuenta de la escala de es avión en Estambul, camino de Bakú, la capital de la exrepublica soviética de Azerbaiyán.

TRAMITES NORMALES El avión de la CIA, un modelo DHC-8 con matrícula N505LL y propiedad de la compañía Path Corporation con base en el estado de Delaware (EEUU), aterrizó en El Prat hacia las 00.30 horas del sábado 29 de octubre procedente de Ponta Delgada, en las islas Azores (Portugal). Durante el vuelo, la tripulación contactó con la empresa de handling (servicios en tierra a los aviones) Euroservices de El Prat, que fue la que se encargó de pagar las tasas aeroportuarias, como cualquier otro avión privado.

Cuando el aparato tomó tierra, le estaba esperando un vehículo de Euroservices que, en principio, trasladó a los pasajeros del mismo hasta el módulo 0 de la terminal. Según fuentes aeroportuarias, los viajeros del vuelo de la CIA tuvieron que pasar por el control de pasaportes y el control de equipajes como cualquier otro recién llegado para poder abandonar el recinto.

Las fuentes consultadas revelaron que si el Dash hubiera transportado reclusos habría tenido que notificarlo a la Delegación del Gobierno, para que policías españoles se hicieran cargo de los detenidos durante su estancia en Barcelona. Fuentes de la Delegación del Gobierno manifestaron a este diario que no recibieron ninguna solicitud en este sentido. Tampoco parece muy factible que los posibles detenidos se hubieran quedado dentro del avión, sin ningún control y durante casi tres días en los que estuvo en Barcelona. La Guardia Civil ha abierto una investigación para esclarecer todos los movimientos que realizó el avión y sus ocupantes mientras estuvieron en El Prat.

Según consta en el registro de operaciones de El Prat, el avión despegó pocos minutos antes de las 14.00 horas del 31 de octubre y aterrizó en Estambul hacia las 16.40 hora local. Tras la escala, despegó el 1 de noviembre hacia Bakú y, desde allí, podría haber ido a Afganistán, donde ha sido fotografiado en varias ocasiones entre los años 2002 y 2005.

FOTOGRAFIAS De regreso, realizó una nueva escala en Estambul el 15 de noviembre y fue fotografiado en el aeropuerto de Schiphol, en Amsterdam, desde donde voló el día 18 a la capital de Islandia, Reykiavik. Desde allí, el día 20 de noviembre fue a Iqaluit (Canadá). En varias etapas siguió hasta Daytona Beach (Florida), donde fue fotografiado el 30 de noviembre y desde donde podría haber volado hacia la base de Guantánamo (Cuba).

Tras conocerse ayer los detalles de este vuelo, Moratinos recordó que, según la Convención de Chicago, los vuelos civiles "pueden aterrizar si no hay sospecha o indicio de ilegalidad" y aseguró que "se han reforzado los controles y las inspecciones de este tipo de aeronaves".