España seguirá apostando por la política de guante blando con Cuba cuando asuma la presidencia de la Unión Europea, en el primer semestre del 2010, momento en el que propondrá que los Veintisiete reformulen su estrategia hacia la isla.

El ministro de Exteriores, Miguel Angel Moratinos, defendió ayer en La Habana que Bruselas y las autoridades cubanas alcancen un acuerdo, todavía por diseñar, que sustituya a la llamada "posición común europea", adoptada en 1996 a propuesta de José María Aznar. Esa posición, revisada anualmente, impone sanciones simbólicas --actualmente suspendidas-- y exige al régimen cubano cambios políticos y democráticos.

El propósito español necesitará la unanimidad de los países de la UE, donde hay algunos gobiernos que son reacios a esa apertura. El nuevo acuerdo --que la Comisión Europea ya está pergeñando-- incluiría, según fuentes españolas, una cláusula de derechos humanos. No obstante, este tipo de acuerdos, que sirven sobre todo de marco para las relaciones comerciales, se han firmado con varios países africanos que han ninguneado esos condicionamientos políticos. En estos momentos, según organizaciones humanitarias, hay más de 200 presos políticos en la isla.

Según fuentes diplomáticas españolas, el ministro de Exteriores cubano, Bruno Rodríguez, pidió a Moratinos que haga "pedagogía" con sus socios europeos y lamentó que La Habana esté "normalizando sus relaciones con los países latinoamericanos e incluso EEUU" mientras sigue "atascada con la UE".

El segundo día de la visita de Moratinos a la isla empezó con la inauguración de la Oficina de Cooperación en La Habana. España se está volcando en gestos políticos y económicos con la isla: la ayuda en cooperación ha pasado de 17 millones de euros en el 2007 a 34 este año. Estos guiños, entre los que se incluye la marginación de Moratinos a los disidentes para no enojar al régimen, culminó con una entrevista con Raúl Castro. El director general para Iberoamérica, Juan Carlos Sánchez, será el encargado de verse hoy --una vez que el ministro haya partido-- con algunos de los opositores.